martes, 23 de octubre de 2012

UNA PÁGINA MUY ROJA, Eugenio Mandrini


UNA PÁGINA MUY ROJA
  
   Abrió grande la boca, se introdujo una rosa roja y, pacientemente, para no dañar su belleza eterna, la fue tragando entera. Después, volvió a sus ocupaciones y preocupaciones diarias, a la espera de que algo grandioso sucediera dentro suyo: que brotaran de su boca, por ejemplo, jardines del paraíso y le colmaran los ojos. Sin embargo, durante días nada de este mundo ni del más allá sucedió en su vida. Insatisfecho entonces fue en busca de una nueva rosa roja y al querer tomarla  —cosa insólita — la vio temblar, temblar como de miedo, y enseguida, entre agitaciones, comenzar a deshojarse como una garúa trágica. Esa misma noche, abrumado, tomó un lápiz y un papel y trazó el dibujo de una rosa. Con el color que fluía del
sendero abierto en una de sus venas, la pintó de rojo, y con las últimas gotas, escribió una sola palabra: Perdón.
   Nunca sabremos si aquella rosa roja lo acosará en los sueños.

Por favor, sea breve 2: Antología de microrrelatos, Clara Obligado (Ed.), Páginas de
Espuma, Madrid, 2009. p. 75.