viernes, 20 de enero de 2017

[MI DEDO...], Charles Simic


Mi pulgar se embarca en una gran aventura. “No vayas, por favor”, le dicen los dedos. Trataban de retenerlo. Aquí llega una limusina negra con una mujer velada en el asiento de atrás, pero sin nadie al volante. Cuando el coche se para ella saca de su bolsa unas tijeras de oro y corta el pulgar. Vamos hacia Chicago y ella usa el sangriento extremo de mi pulgar para pintarse los labios.

CHARLES SIMIC, Mil novecientos treinta y ocho, Valparaíso, Granada, 2014, p. 87.
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Tim Hawkinson