domingo, 11 de noviembre de 2018

[EL DOLOR QUE DE NIÑOS...], Elisabeth Strout


El dolor que de niños apretamos contra el pecho, [...] dura toda la vida, con una nostalgia tan profunda que ni siquiera eres capaz de llorar. Lo agarramos con fuerza, sí, con cada latido del corazón convulso: “esto es mío, esto es mío, esto es mío”. 

 ELISABETH STROUT, Me llamo Lucy Burton, Duomo, Barcelona, 2016.
&
Peter Allert

domingo, 4 de noviembre de 2018

[CUANDO SE SABE...], Rafael Barrett

   Cuando se sabe adónde se va, se ve y se odia lo que estorba en el camino.

RAFAEL BARRETT, Reflexiones y epifonemas, Renacimiento, Sevilla, 2014, p. 179.
&
Karl Seitinger

jueves, 2 de agosto de 2018

[LA TRISTEZA ES...], Paul Valéry

La tristeza es más interior que la alegría. ¿Por qué?

Paul Valéry
&
Irma Laghadze

domingo, 10 de junio de 2018

UN MILÍMETRO, José Luis Garci

UN MILÍMETRO

A Santiago Amón

   Llamó poco después de la una, al terminar la tele. Hacía un calor tremendo. La primera noche de verano de verdad. Me dijo que estaba mal, torcida, depre y con algo de fiebre. Y que con Marcos no había manera. Lo había intentado todo, pero Marcos no quería volver. Marcos se había enamorado de una chica morenita que estudiaba Filosofía. La morenita había decidido largarse a la Acrópolis y al Egeo para darle duro a la historia helénica durante dos o tres años y Marcos estaba dispuesto a dejar el bufete. Sin embargo, la morenita parecía haberse cansado de Marcos. Le evitaba y le decía que el viaje prefería hacerlo ella sola con la Ilíada bajo el brazo. Mentira. La morenita estaba encaprichada de un tipo de cuarenta y ocho, sociólogo, con tres hijos, el mayor casi de su edad. Y era con ese, con el sociólogo, con quien ella deseaba viajar hacia Homero y su sabiduría. Lo que pasa es que el sociólogo, ay, no estaba por la labor. La morenita le gustó para un par de semanas primaverales en su despacho de Cea Bermúdez, junto a la gasolinera. El famoso rollo del abismo generacional. La morenita estaba muy bien, muslos duros, pechos duros, culo duro, todo duro, pero el Umberto Eco de la movida madrileña la encontraba insustancial, asquerosamente vacía. Al sociólogo de cercanías quien de verdad le gustaba, mejor dicho, de quien se había enamorado como si tuviera sesenta años, era Maite, la arquitecto de media melena rubia y ojos azules a lo Jacqueline Bisset. Los treinta y cinco años de Maite, tal vez alguno más, le daban una madurez fantástica, rotunda, desbordante de morbo. Cuando hicieron el amor aquella noche en Mérida, después de ver la Orestíada en el teatro romano, supo que era ella la mujer que había estado buscando durante mucho tiempo. Su acoplamiento en el primer coito, sus grititos guturales, las miradas de después, aquellas caricias en la espalda, los besos cortos e inacabables en el cuello, todo, todo le recordaba las grandes pasiones que tantas veces imaginara. El problema es que Maite seguía con la mente fija en el chico aquel de veinte años, rubio y delgado, que jugaba al baloncesto, suplente en el Estudiantes, y que siempre iba sin ropa interior. Solo un vaquero y una camiseta. Y eso a ella la excitaba. Curioso, ¿no? Pues saber que tras el vaquero no había nada, solo su pene rosado y ligeramente curvado como un plátano tropical, la volvía loca. El sociólogo intentó no llevar sus slips Abanderado durante una temporada, hasta que su mujer le preguntó la causa. El chaval del baloncesto estaba supercolgado de su novia, una chica rubita, Amelia, ojos de color cobre, boca ancha y roja, dientes muy blancos, como de anuncio de pasta de dientes, y zapatillitas blancas. Pero Amelia pasaba de su novio. Amelia vivía obsesionada con un periodista pelirrojo cuarentón que trabajaba en los informativos de Radio Madrid...
   Cuando mi amiga terminó su desahogo en esa noche bochornosa, me asomé a la terraza. Me hice un canuto y miré el cielo. Muy seguidas, vi un par de estrellas fugaces. Pensé que quizá estaba pasando algo en el planeta, algo que no había recogido la prensa ni habían comentado en Antena 3 radio o en los telediarios. Observando el brillante cielo de julio tuve la sensación de que todo el mundo sufría, que las personas parecían haberse desplazado. Imaginé un pequeño temblor, una mínima sacudida que hubiera alterado la Tierra un centímetro. Suficiente. El gran tablero estaba balanceándose y la gente se había quedado desplazada, descolocada, alejada un milímetro de su lugar de siempre. Si no, ¿por qué casi todas las personas que conocía lo estaban pasando tan mal? ¿O eso era eterno? Antes de acostarme, yo también llamé por teléfono para decirle «te quiero» a mi amor imposible. Pero comunicaba. Seguro que ella estaría diciéndole cien veces «mi amor, mi amor» a aquel estúpido piloto de Iberia por el que se derretía y que, por cierto, no le hacía ni caso, porque el aviador...

José Luis Garci
&
Hiroshi Sugimoto

sábado, 9 de junio de 2018

[SE VAN LOS PÁJAROS...], Fernando Menéndez

Se van los pájaros, caen las hojas y quedan nuestras deficiencias.

FERNANDO MENÉNDEZ, Tempo di silencios, Trea, Gijón, 2018, p. 25.
&
Josef Koudelka

jueves, 7 de junio de 2018

CADENA, Rubén Abella


CADENA

   León se estaba afeitando cuando su mujer le recordó que era un inútil. El dinero no alcanzaba y, además, hacía meses que no cumplía con sus deberes carnales. —Si ya me lo decía mi madre: cuidado, Blanca, que éste de macho no tiene más que el nombre. Tres horas después León montó en cólera porque Paloma, la becaria de la asesoría, le trajo el café frío. Aprovechó la inercia del rapapolvo para reconvenirla también por sus fotocopias ennegrecidas y su falta de garbo. —¡Yo no sé qué os enseñan en la universidad! —exclamó, devolviéndole el vaso de plástico. Poco antes de comer, Paloma recibió una llamada de Blas. Echaba mucho, mucho, mucho de menos a su pichoncito, dijo, y quería saber cómo estaba. —Te he dicho muchas, muchas, muchas veces que no me llames al trabajo. A ver si en vez de echarme tanto de menos, empiezas a respetarme un poco —lo interrumpió Paloma en un susurro malhumorado, y colgó el teléfono. A última hora de la tarde, mientras repartía pizzas en la moto, Blas estuvo a punto de chocar contra un coche mal aparcado. Para resarcirse le rayó la chapa con una moneda y escribió en el parabrisas: «APRENDE A APARCAR, MAMÓN, QUE CASI ME MATO». Rolando se quedó atónito al cerrar la papelería y ver el coche estragado. Se montó maldiciendo en voz alta, calculando los costes del arreglo, esperando que Merche tuviera la cena lista cuando él llegase a casa. Si no, se iba a enterar. 

Rubén Abella, Los ojos de los peces, Menoscuarto, Palencia, 2010, páginas 116-117.
&
Davina Semo 

miércoles, 23 de mayo de 2018

[LA PERFECCIÓN EXPUESTA...], Benito Romero

La perfección expuesta en los escaparates constituye el desenlace de las manchas de sangre que impregnan las paredes de la trastienda.


BENITO ROMERO, Horizontes circulares, Trea, Gijón, 2018, página 70.
&
Christo and Jeanne-Claude 

jueves, 17 de mayo de 2018

[LA VIDA TRANSCURRE...], Miguel Cobo Rosa

La vida transcurre con la dulce ficción de que lo vivido ha sido cosa nuestra.

MIGUEL COBO ROSA, Pensamientos emergentes de una mente sumergida, Libros al Albur, Sevilla, 2018.
&
Heinz Hajek-Halke

lunes, 14 de mayo de 2018

[TODO CUANTO HAGAMOS...], Benito Romero


Todo cuanto hagamos antes de morir son actos de soberbia.

BENITO ROMERO, Horizontes circulares, Trea, Gijón, 2018, página 70.
&
Henri Cartier-Bresson

sábado, 12 de mayo de 2018

[LA MEMORIA...], Benito Romero


La memoria se halla repleta de casas vacías que abandonamos saliendo precipitadamente por la ventana.


BENITO ROMERO, Horizontes circulares, Trea, Gijón, 2018, página 45.
&
Jude Griebel

domingo, 6 de mayo de 2018

[AMAR, ESPERAR...], Víctor Juan

Amar, esperar, transformar, soñar...
todo son palabras.

VÍCTOR JUAN, Vademécum, Olifante, Zaragoza, 2014, p. 41.
&
Luciane Miranda De Paula

viernes, 4 de mayo de 2018

[ESCRIBIR...], Benito Romero

Escribir para certificar que usamos las mismas palabras. Escribir demasiado hasta deshacerte de ellas e incorporar las nuevas que han surgido a lo largo del proceso creativo. Escribir para convertirse en otra persona sobre un escenario lingüístico inédito. Pasear por él durante años. Ir reduciendo poco a poco la escritura hasta volver a emplear las palabras originarias con la pretensión de ser quien fuiste pero sin renunciar a la perspectiva adquirida.


BENITO ROMERO, Horizontes circulares, Trea, Gijón, 2018, página 40.
&
Zhang Huan

jueves, 26 de abril de 2018

[EN LA MIRADA...], Benito Romero

    En la mirada se concentra lo más limpio y lo más sucio del proyecto humano.

BENITO ROMERO, Horizontes circulares, Trea, Gijón, 2018, p. 64. 
&
Storm Thorgerson

jueves, 19 de abril de 2018

[LA OSCURIDAD Y EL SILENCIO...], Víctor Juan


  La oscuridad y el silencio son el precio que pagamos por los días de luz y palabras.

VÍCTOR JUAN, Vademécum, Olifante, Zaragoza, 2014, p. 92.
&
Sasha Malinin

lunes, 16 de abril de 2018

[APRENDER A VIVIR...], Víctor Juan

   Aprender a vivir con agujeros negros en el corazón.

VÍCTOR JUAN, Vademécum, Olifante, Zaragoza, 2014, p. 60.
&
Koekieleen
 

domingo, 15 de abril de 2018

[SÓLO EL GOZO...], Víctor Juan

  
Sólo el gozo de la lectura compensa el dolor de la escritura.


VÍCTOR JUAN, Vademécum, Olifante, Zaragoza, 2014, p. 54.
&
Asantell

miércoles, 11 de abril de 2018

[EL AMOR ES...], Aitor Francos

El amor es ese dedo que deja su marca en el polvo o en la neblina de un espejo para transmitir un sueño.


AITOR FRANCOS, Camas, Trea, Gijón, 2018, página 88.
& 
Jacques Henri Lartigue

martes, 10 de abril de 2018

[LA CAMA ES COMO UNA TUMBA...], Aitor Francos




La cama es como una tumba de los vivos a la que los muertos se acercan silenciosamente de vez en cuando a dejar unas pocas flores.

AITOR FRANCOS, Camas, Trea, Gijón, 2018, página 80.
&

lunes, 9 de abril de 2018

[UN HOMBRE QUE ESPERA...], Aitor Francos

Un hombre que espera es un hombre que está perdiendo un lugar.

AITOR FRANCOS, Camas, Trea, Gijón, 2018, página 68.
&
Gerald E. W. Shepherd

viernes, 30 de marzo de 2018

[MI PEREGRINAR...], Manuel Serrat Crespo

   Mi peregrinar no permite que crezca el musgo en la roca que soy.


MANUEL SERRAT CRESPO, Maruyme. Diario de viaje, Reverso Ediciones, Barcelona, 2004, p. 117.
& 
Yayoi Kusama

martes, 27 de marzo de 2018

[VIVIR ES...], Ander Mayora

Vivir es amar un pedazo de río que creemos helado.

ANDER MAYORA, La clemencia del tiempo, Los Papeles del Sitio, Sevilla, 2015, página 49.
&
Michael Kenna

miércoles, 21 de marzo de 2018

[LO MÁS TERRIBLE...], Julio Martínez Mesanza



Lo más terrible de la hermosa tierra
es amar el desdén de quien amamos.

JULIO MARTÍNEZ MESANZA, Gloria, Ediciones Rialp, Madrid, 2016, página 26.
&
Carl Warner



martes, 20 de marzo de 2018

[FROTAR DOS CUERPOS...], Imre Kertész

Frotar dos cuerpos como pedernales hasta que la infinitud chispea en su tormento.


IMRE KERTÉSZ, Diario de la galera, Acantilado, Barcelona, 2004, página 145.
&
Laila Bell

domingo, 18 de marzo de 2018

[EL AMOR DE LOS VENCEDORES...], Christian Bobin

El amor de los vencedores es un dudoso amor.

CHRISTIAN BOBIN, La Dama Blanca, Árdora, Madrid, 2018, p. 103.
&
Dan Winters

sábado, 17 de marzo de 2018

[LA BELLEZA ES...], Imre Kertész


La belleza es el sueño irrealizable del deseo. Por eso, el estado más puro del hombre ante la belleza es siempre el dolor.

IMRE KERTÉSZ, Diario de la galera, Acantilado, Barcelona, 2004, página 75.
&
Irving Penn

jueves, 8 de marzo de 2018

[EL DOLOR...], Josep M. Rodríguez

El dolor es un túnel:
hay salida.

JOSEP M. RODRÍGUEZ, Sangre seca, Hiperión, Madrid, 2017, p. 51.
&
Christian Vincent

domingo, 4 de marzo de 2018

[LA AUSENCIA ES...], Christian Bobin

La ausencia es una brecha en la muralla del mundo —una llamada de aire, a la que responde la escritura.

CHRISTIAN BOBIN, La Dama Blanca, Árdora, Madrid, 2018, p. 84.
&
Graham Fink

sábado, 3 de marzo de 2018

[SI DIOS EXISTE...], Josep M. Rodríguez

Si Dios existe,
escribir un poema es intentar

leer
sus labios.

JOSEP M. RODRÍGUEZ, Sangre seca, Hiperión, Madrid, 2017, p. 55.
&
Artemisa Gentilschi

domingo, 25 de febrero de 2018

[A QUIEN PIENSA EN LA MUERTE...], Josep M. Rodríguez

A quien piensa en la muerte
ya le pesa la lápida.

JOSEP M. RODRÍGUEZ, Sangre seca, Hiperión, Madrid, 2017, p. 15.
&
Josef Sudek

miércoles, 21 de febrero de 2018

[LA INTELIGENCIA....], Christian Bobin

La inteligencia no consiste en montarse una tiendecita original. La inteligencia es escuchar la vida y convertirse en su confidente.

CHRISTIAN BOBIN, La Dama Blanca, Árdora, Madrid, 2018, p. 82.
&
Miro Polča

domingo, 18 de febrero de 2018

[LOS POETAS SON...], Christian Bobin

Los poetas son niños interrumpidos, contempladores del cielo, imposibles de educar.

CHRISTIAN BOBIN, La Dama Blanca, Árdora, Madrid, 2018, p. 38.
&
Tom Rogers

sábado, 17 de febrero de 2018

[CADA UNO...], Christian Bobin

    Cada uno hace de su desgracia su propia casa.

CHRISTIAN BOBIN, La Dama Blanca, Árdora, Madrid, 2018, p. 36.
&
Gina Sodon

martes, 13 de febrero de 2018

[SIEMPRE HAY UN EXTRAÑO...], Christian Bobin


Siempre hay un extraño que mira nuestra muerte y la despreocupación de ese testigo convierte nuestro final en un acontecimiento apacible, endomingado, acorde con la enigmática sucesión de los días sencillos.


CHRISTIAN BOBIN, La Dama Blanca, Árdora, Madrid, 2018, p. 17.
&
George Brecht

domingo, 11 de febrero de 2018

[LA BELLEZA...], FRC

La belleza que crepita en el arte, la mayoría de veces; otras (tal vez, las menos) la vida...; pero casi siempre hay algo que contiene nuestra caída.


FRC
&
Tom Rogers

lunes, 5 de febrero de 2018

[MUY POCAS VECES...], FRC

Muy pocas veces la elocuencia se aviene a compartir mesa con el desgarro.

FRC
&
Annie Tung

miércoles, 31 de enero de 2018

[NUNCA SE CONOCE...], Christian Bobin

   Nunca se conoce mejor una cosa que por su ausencia.

CHRISTIAN BOBIN, La dama blanca, Árdora, Madrid, 2017, p. 20,
&
Edvard Munch

martes, 23 de enero de 2018

[EL AMOR...], Magda Hollander-Lafon

El amor es gratuito, ligero como un aliento. Transfigura lo cotidiano en un reino donde apetece vivir.

MAGDA HOLLANDER-LAFON, Cuatro mendrugos de pan, Periférica, Cáceres, 2017, p. 124.
&
Robert Mapplethorpe

domingo, 21 de enero de 2018

[EL AMOR Y LA NADA...], Christian Bobin

El amor y la nada son de la misma raza terrible. Nuestra alma es el lugar de su indeciso altercado.

CHRISTIAN BOBIN, La dama blanca, Árdora, Madrid, 2017, p. 42.
&
Ulrich Schwaderer