sábado, 27 de octubre de 2007

BLADE RUNNER

Yo he visto cosas que vosotros no creeríais.
He visto atacar naves en llamas más allá de Orión.

He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tanhäuser.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia.
Es hora de morir.

Roy Batty, Blade Runner, 1982.

El Dinamitero se dirigió hacia la puerta, y desde allí recitó:

Yo he visto cosas que ninguno de vosotros podría imaginar,
el cielo congelado de Zenom, como una pista donde pati­naba un sol de fuego negro
una lluvia de astillas de cristal sobre el desierto de Trasterra
donde los espejismos que te asaltan multiplican tu imagen
la danza de las lunas romboidales de Magenta
las madres de Telenia que cuando paren quedan ciegas
y solo aguardan a que sus hijas crezcan para ser devoradas
o cómo se derriten las serpientes de Milaria
más allá de Alfa centauro
cuando llega la noche, un precipicio de terror.

Yo he oído cosas que ninguno de vosotros podría imagi­nar,
el silencio atronador del Universo, ese sepulcro de astros,
el canto inconsolable de los seres que moraban en las piedras de Fantasma,
el mar de tinta blanca que anega las regiones subterrá­neas de la Hesperia
cómo estalla un hombre cuando besa a una mujer de Hirpnagros.

Fijó en su rostro una de esas sonrisas con que se nos mejo­ra el mundo
y toda la ciudad, un animal hecho de faros,
quedó impresa en sus ojos de agua quemada
que eran ya los ojos de un muerto.


Era un poema mío. Mientras él lo recitaba yo iba repitien­do en mi interior cada una de las palabras que iban saliendo al aire. Había registrado mis cajones y había memorizado un poema mío. Sin duda aquel tipo, al que no creo que el juego en el que se había involucrado le exigiera semejante aplica­ción, estaba loco. Cambió el tono de voz, y casi en un susurro repitió las palabras de Nexus 6 en Blade Runner: «Ahora to­dos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es la hora de morir. Salud.» Y se fue. Oí cómo ce­rraba la puerta de salida sin moverme, impedido por el estu­por, sin atreverme a mirar a la calle y verlo salir del edificio camino de su última prueba. Me habían concedido la libertad antes de lo que yo había previsto, antes de que el juego con­cluyese.”

BONILLA, Juan Nadie conoce a nadie Ediciones B, Barcelona, 1996, pp. 338-339.





[…]Han sido tres días al lado de Ana María Martínez Sagi, escuchando el rosario de sus confidencias, mi­rando a través de sus ojos, que an­tes de decantarse hacia el cansan­cio han paseado las geografías de la soledad y el desgarro, pero tam­bién los paraísos de una gloria efímera, cuando aún era aquella «vir­gen del stadium», que respiraba en endecasílabos. Hacia las postrimerías de nuestro encuentro, me enu­mera con voz de penumbra las ma­ravillas de lo presenciado:

He visto cosas que nadie creería.
He visto bandadas de colibríes azotando mi rostro con su vuelo vertical.
He visto la blancura intacta de la nieve en la falda de Los Alpes, como una mortaja inconsútil.
He vistos bosques frondosos de secuoyas cayo tronco no podrían abarcar tres personas, y entre cu­yas copas no lograba penetrar la intrusa luz.
He visto el sol de medianoche rodando por el cielo de Suecia.
He visto crecer un árbol que yo misma planté en Tel‑Aviv, cuando el general Dayen me condecoró, por haber salvado del holocausto a tantos judíos.
He visto el Vesubio como un vó­mito en llamas, y he visto el pavor espiral de un tornado en Illinois.
He visto bandadas de pájaros echando a volar, quince segundos antes de que un terremoto asolase la ciudad de Guatemala.
También he visto mi rostro mu­griento y legañoso y famélico reflej­ado en el escaparate de una pastelería, un segundo antes de robar una bandeja de «croissants».
Y todos esos momentos se per­derán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de que te marches.

“He asentido a su cantinela y la he dejado sola, cuando la oscuridad ya emborrona su perfil raposo y no­nagenario. Mientras me alejo de su casa, mientras camino por calles asfaltadas de sombra, tengo la cer­teza de que su voz y su poesía me perseguirán tercas, como ecos de un mundo mejor que ya se acaba.


PRADA, Juan Manuel “Ana María Martínez Sagi, un laberinto de presencias” ABC LITERARIO, Madrid, Núm. 319, 12 de diciembre de 1997, página 24-26.

INCREDULIDAD, Jorge Riechmann


INCREDULIDAD



No eres
posible,
no es posible
que todo el calor del mundo
haya cobrado la forma de tu cuerpo
tendido e irradiante junto al mío,
no es posible tu cuello
girando sobre la almohada lentamente
como fanal de dicha,
tanta fructificación no es
posible, tan alta primavera
desbordando tus pechos y tus manos
hasta inundar todas las alcobas de mi vida,
no es posible el latido de tu sueño
cuando convoca
paisajes como caricias, dédalos susurrados
de fraternidad y auxilio y maravilla,
no es posible la paz de tu vientre rubio
si te busco debajo de las sábanas.
Desnuda no eres posible. Junto a mi, no es posible.
Eres lo más real y no es posible.


JORGE RIECHMANN, Amarte sin regreso, Hiperión, Madrid, 1995.

jueves, 25 de octubre de 2007

LA DAMA BOBA, Lope de Vega

Tres conceptos: amor, belleza y sencillez



Dos hermanas: la guapa y la fea



Sin embargo



Una sola conclusión: inteligencia



La dama boba presenta una mezcla de conceptos que hacen de ella una obra de teatro inolvidable.
Laura Campello
LOPE DE VEGA, La dama boba, Espasa Calpe, [1613].

MALA GENTE QUE CAMINA, Benjamín Prado


Mala gente que camina demuestra que la literatura puede ser algo más que entretenimiento intrascendente. Esta novela es un instrumento de denuncia de alguno de los episodios más crueles de la dictadura franquista, que muchos han querido que permanezcan bajo el polvo del olvido.
Con el paso del tiempo, se está intentado hacer creer que la Guerra Civil y la dictadura no fueron tan cruentas. Muchos de los que vivieron en esas décadas han intentado mirar hacia atrás, olvidar lo que ocurrió y seguir adelante, para no abrir viejas heridas y volver a sentir el dolor de antaño, pero no es justo para aquellos que se llevaron la peor parte del régimen, esas personas que sufrieron más cerca las barbaridades cometidas por los sublevados.
Una de ellas fue Dolores Serna. A ella le toco vivir uno de los episodios más despiadados del franquismo: el robo de niños a presas republicanas para entregárselos a familias afines al régimen.

Raquel Vázquez

BENJAMÍN PRADO, Mala gente que camina, Alfaguara, Madrid, 2006.

EN PICADO, Nick Hornby


Una lectura amena, por su lenguaje actual y sus personajes cercanos:



  • A JJ le gusta el mismo tipo de música que le gustaba al protagonista de Alta Fidelidad


  • Martin coincide con el protagonista de Fiebre en las gradas: ambos son seguidores del Arsenal.


Martin, Jess, Maureen y "JJ" son cuatro personas de
vidas desafortunadas
que se conocen, por casualidad,


en lo alto de un edificio un 31 de diciembre, cuando habían decidido acabar con sus vidas.


Valeria Rubal


NICK HORNBY, En picado, Anagrama, Barcelona, 2007.

miércoles, 24 de octubre de 2007

CORAZÓN TAN BLANCO; Javier Marías

"Mis manos son de tu color, pero me avergüenzo de llevar un corazón tan blanco", dice Lady Macbeth a su usurpador y asesino cónyuge. De este verso de Shakespeare toma Javier Marías el título de su novela: una novela sobre la instigación, sobre la irreversibilidad del conocimiento, sobre el saber o el no saber (que es paralelo al ser o no ser), es decir, sobre la decisión de continuar llevando el corazón blanco o tiznarlo del conocimiento de cosas que tal vez no desearíamos saber.

Mediante el enigmático párrafo inicial ("No he querido saber pero he sabido..."), Juan Ranz inaugura el misterio escondido dentro de la historia. La capacidad de oírlo todo (o su necesidad) es, por otra parte, también un peligr, pues incluye en sí misma la posibilidad de cambiar el destino:"Escuchar es lo más peligroso, es saber, es estar enterado y estar al tanto, los oídos carecen de párpados que puedan cerrarlo institntivamente a lo pronunciado, no pueden guardarse de lo que presiente que va a escucharse, siempre es demasiado tarde". Juan prefiere no saber, consciente de lo peligroso que puede llegar a resultar escuchar.

Sabela Caamaño



JAVIER MARÍAS, Corazón tan blanco, Anagrama, Barcelona, 1992.

EL BUDA DE LOS SUBURBIOS, Hanif Kureishi


Espacio: Suburbios de Londres.
Tiempo: Desde el hippismo al punk.
Personaje principal: Karim, británico de origen paquistaní, con problemas de identidad sexual.

El Buda de los suburbios, novela de humor inglés, muestra el drama humano de la gente que se siente desplazada porque no encuentra acomodo en una sociedad que condena la diferencia.
Objetos de reflexión: cómo tratar a las personas y respetar su cultura e ideales; cómo valorar tu yo y no rechazarlo sólo porque otras personas lo rechacen.
Marina Seijas


HANIF KUREISHI, El Buda de los suburbios, Anagrama, Barcelona, 1991.