sábado, 22 de diciembre de 2007

El imperio de las luces, 1948





EL IMPERIO DE LAS LUCES
Desde 1948 hasta su muerte, Magritte pintó no menos de una decena de cuadros que constituyen variaciones sobre un mismo tema, el último de los cuales quedó inacabado a su muerte. Todos llevan el título común de El imperio de las luces, y lo que en ellos se ve no es otra cosa que una casa o gru­po de edificaciones entre el follaje iluminados por la luz eléctrica que se advierte en las ventanas, así como por la que despiden uno o varios faroles en el exte­rior de las mismas. Lo insólito es que el cielo que cobija la escena es de un azul absolutamente diurno, surcado por las nubes blancas y algodonosas que pue­blan los cielos de Magritte. La incompatibilidad del cielo con la noche en la que destaca la luz eléctrica sólo se advierte tras un examen detenido por parte del espectador, tal es la coherencia de la escena. La serie es todo un manifiesto pintado del ideario artístico de Magritte que conce­bía la pintura como un medio para revelar ideas y fundar reali­dades cuya virtualidad no tiene posible confirmación en la expe­riencia de lo cotidiano.

René Magritte, Ediciones Polígrafa, Barcelona, 1994.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

CITA TRISTE DE CHARLOT, Rafael Alberti

CITA TRISTE DE CHARLOT

A Fernando Villalón



Mi corbata, mis guantes,
mis guantes, mi corbata.

La mariposa ignora la muerte de los sastres,
la derrota del mar por los escaparates.
Mi edad, señores, 900.000 años.
¡Oh!
Era yo un niño cuando los peces no nadaban,
cuando las ocas no decían misa
ni el caracol embestía al gato.
Juguemos al ratón y al gato, señorita.

Lo más triste, caballero, un reloj:
las 11, las 12, la 1, las 2.

A las tres en punto morirá un transeúnte.
Tú, luna, no te asustes;
tú, luna de los taxis retrasados,
luna de hollín de los bomberos.

La ciudad está ardiendo por el cielo,
un traje igual al mío se hastía por el campo.
Mi edad, de pronto, 25 años.

Es que nieva, que nieva
y mi cuerpo se vuelve choza de madera.
Yo te invito al descanso, viento.
Muy tarde es ya para cenar estrellas.

Pero podemos bailar, árbol perdido.
Un vals para los lobos,
para el sueño de la gallina sin las uñas del zona.

Se me ha extraviado el bastón.
Es muy triste pensarlo solo por el mundo.
¡Mi bastón!

Mi sombrero, mis puños
mis guantes, mis zapatos.

El hueso que más duele, amor mío, es el reloj:
las 11, las 12, la 1, las 2.

Las 3 en punto.
En la farmacia se evapora un cadáver desnudo.




RAFAEL ALBERTI, Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos, 1929.






Si no eres Charlot,

¿qué haces tú aquí?




ERC







domingo, 16 de diciembre de 2007

MURIÓ LA VERDAD, Juan Carlos Marset







MURIÓ LA VERDAD

La verdad muerta centellea como recién nacida. Imposible distinguir, del montón de adoradores, a los vivos de los muertos. Todos llevan por cara una careta, un nombramiento por nombre, para protegerse de una dolorosa succión por dentro. Alimentan la lombriz de su vacío con la misma gana. Feliz sardina acorralada, yo te canto y te saludo. Una sombra ilumina a otra sombra, una luz oscurece a otra luz, y los espectros del horror qué traman. Yo retrato vuestro afán de regresar a las tinieblas. Desastrados antifaces de los dioses. Monstruos embozados. Os vigilo, larvas de la guerra.


JUAN CARLOS MARSET


KRAWIETZ, Alejandro y LEÓN, Francisco, La otra joven poesía española, Igitur, Tarragona, 2003, p. 54.

jueves, 13 de diciembre de 2007

[Por aquí y por allá...], Bashó

Por aquí y por allá
se oye el murmullo de las cascadas
y las hojas caen.



MATSUO BASHO, Haiku de las cuatro estaciones, Miraguano, Madrid, 1986, p.61.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

[QUIERO renunciar por tu amor...], Blanca Andreu



QUIERO renunciar por tu amor a intentar conseguir tu amor
y sin embargo, por virtud del amor mismo
vivo en la paradoja y en la hipótesis
como si fueran mis hijos y mis bienes.

La luz de tu inteligencia es más tierna que la del sol cenital en los meses de abril y mayo
y del mismo modo que el sol despierta el alma del árbol que va de yema a flor
ella abre con dulzura los pensamientos, que florecen ligeros, perspicaces
como arquetipos de una primavera de las ideas.

Porque más aún que la tirana llamada a los sentidos
que como la media luna en el ánimo del buen musulmán
ejerce de imán con los enamorados de tus ojos
amo la prudencia bienhechora
de tu saber inmaculado.



BLANCA ANDREU, La tierra transparente, Sial, Madrid, 2002, página 27.

lunes, 10 de diciembre de 2007

DOBLES RETRATOS SATÍRICOS, Anónimo

Mi rostro es muy hechicero
vuelve pronto y me verás
adusto, arrogante y fiero.


Mi fiereza no te espante
que si al revés me mirares
es muy lindo mi semblante.

sábado, 8 de diciembre de 2007

[Blanco rocío...], Buson

shira-tsuyu ya
ibara no toge ni
hitotsu-zutsu

Blanco rocío.
Cada púa en la zarza
tiene una gota.
Buson
Jaikus inmortales, Hiperión, Madrid, 1983.