lunes, 31 de enero de 2011

BENDITOS LOS IGNOTOS, Juan Antonio González Iglesias

BENDITOS LOS IGNOTOS


“Heil den unbekannten”
Goethe, Das Göttliche

Benditos los ignotos,
los que no tienen página
en internet, perfil
que los retrate en facebook,
ni artículo que hable
de ellos en wikipedia.
Los que no tienen blog.
Ni siquiera correo
electrónico, todo
les llega, si les llega,
con un ritmo más lento.
Tienen pocos amigos.
No exponen sus instantes.
No desgastan las cosas ni el lenguaje. Network
para ellos es malla
que detiene la plata de los peces.
Benditos los que viven
como cuando nacieron
y pasan la mañana oyendo el olmo
que creció junto al río
sin que nadie
lo plantara.
Benditos los ignotos
los que tienen
todavía
intimidad.

Juan Antonio González Iglesias, El País, Babelia, 29 de enero de 2011. página 7.

domingo, 30 de enero de 2011

DERIVA, Pedro Caridad Cauti

DERIVA


Cansada de observar desde el ventanal las entradas y salidas de los barcos, se dedicó a contemplar la gigantesca maqueta del velero. La primera vez que reparó en ella estaba en el despacho contiguo a recepción.
—Sí. Mejor así. No se recibe duelo—respondió todavía aturdida.
Podría seguir escrutando la disposición de las velas, la fidelidad al modelo, si no fuese porque el gentío que ha salido de la capilla ciega completamente el vestíbulo. Un corro rodea a una mujer que acepta abrazos y besos. Hay en ella una elegancia serena que desciende desde su rostro, oculto tras unas gafas negras, hasta sus zapatos de piel entrelazada.
—No. No habrá funeral. Tampoco esquelas. Ni flores. Es lo que hubiera querido ella— había balbuceado por la mañana sin convencimiento.
Un año atrás, cuando velaban a su padre, no había necesitado vigilar el atraque de los barcos para comprender que soltaba amarras con esa pérdida. Mientras espera la hora de la cremación, repasa las circunstancias del día. ¿Por qué había renunciado al protocolo del consuelo? ¿Buscaba intimidad o temía descubrirse sola? No halla respuestas. Ya no le basta para distraerse calcular las dimensiones del tanatorio, contar el número de personas que entran y salen de las salas, constatar la disolución de la seriedad en el rostro de los visitantes una vez franqueada la puerta. Necesita escapar, pero su mente refluye: orea la casa, apila las ropas, resuelve engorrosos trámites... Lo intenta de nuevo. Piensa en comprarse unos elegantes zapatos como esos, un modelo sin un tacón tan pronunciado y, aunque sea caro, elegirá también un bolso a juego.
Abre escotillas a cualquier idea que le permita amordazar una evidencia: ahora sí ya ha comenzado su deriva.

Pedro Caridad Cauti

viernes, 28 de enero de 2011

COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE, Jorge Manrique, Amancio Prada & Juan Carlos Mestre


Los placeres y dulzores
de esta vida trabajada
que tenemos, 135
no son sino corredores,
y la muerte, la celada
en que caemos.
No mirando nuestro daño,
corremos a rienda suelta 140
sin parar;
desque vemos el engaño
y queremos dar la vuelta,
no hay lugar.



JORGE MANRIQUE, Coplas a la muerte de su padre, Editorial Casariego, Madrid, 2010.


AMANCIO PRADA: Música
JUAN CARLOS MESTRE: Ilustraciones

jueves, 27 de enero de 2011

EL NÚMERO PI, Wislawa Szymborska

EL NÚMERO PI

El admirable número Pi
tres coma uno cuatro uno.
Las cifras que siguen son también preliminares
cinco nueve dos porque jamás acaba.
No puede abarcarlo seis cinco tres cinco la mirada,
ocho nueve ni el cálculo
siete nueve ni la imaginación,
ni siquiera tres dos tres ocho un chiste, es decir, una comparación
cuatro seis con cualquier otra cosa
dos seis cuatro tres de este mundo.
La serpiente más larga de la tierra suma equis metros y se acaba.
Y lo mismo las serpientes míticas aunque tardan más.
El séquito de digitos del número Pi
llega al final de la página y no se detiene,
sigue, recorre la mesa, el aire,
una pared, una hoja, un nido de pájaros, las nubes, hasta llegar directo al cielo,
perderse en la insondable hinchazón del cielo.
¡Qué breve la cola de un cometa, cual la de un ratón!
¡Qué endeble el rayo de un astro si se curva en la insignificancia del espacio!
Mientras aquí dos tres quince trescientos diecinueve
mi número de teléfono la talla de tu camisa
el año mil novecientos sesenta y tres sexto piso
el número de habitantes sesenta y cinco céntimos
dos pulgadas de cintura una charada y un mensaje cifrado
que dice vuela mi ruiseñor y canta
y también se ruega guardar silencio,
y se extinguirán cielo y tierra,
pero el número Pi no, jamás,
seguirá su camino con su nada despreciable cinco
con su en absoluto vulgar ocho
con su ni por asomo postrero siete,
empujando, ¡ay!, empujando a durar
a la perezosa eternidad.


WISLAWA SZYMBORSKA, Paisaje con grano de arena, Círculo de Lectores, Barcelona, 1997, pp. 140-141.

martes, 25 de enero de 2011

FELICIDAD, Juan Pedro Aparicio

FELICIDAD


-Serás feliz, pero nunca lo sabrás -le dijo la vidente.


Juan Pedro Aparicio, El juego del diábolo, Páginas de Espuma, Madrid, 2008, página 10.

domingo, 23 de enero de 2011

CONJUGACIÓN, Ángel Olgoso

CONJUGACIÓN

Yo grité. Tú torturabas. Él reía. Nosotros moriremos. Vosotros envejeceréis. Ellos olvidarán.


ÁNGEL OLGOSO, La máquina de languidecer, Páginas de Espuma, Madrid, 2009, p. 86.

sábado, 22 de enero de 2011

[MEDIO AHOGADO...], Espido Freire

Medio ahogado, vio cómo una sirena nadaba hacia él, y tendió sus manos hacia ella. La sirena no se acercó más. Con su hermoso rostro sereno contempló cómo el príncipe se hundía lentamente. Cuando dejó de respirar, ella se aburrió y abandonó el lugar, envuelta en un remolino de espuma.

ESPIDO FREIRE, Cuentos malvados, Páginas de espuma, Madrid, 2010, p. 111.