jueves, 31 de enero de 2013

LA MADRE INEXISTENTE, María Dolores Fernández


LA MADRE INEXISTENTE

   Estoy escribiendo desde el ordenador de mi hijo, desde su habitación, rodeada de todas sus cosas, sus discos, sus libros, su ropa y su recuerdo..., prácticamente estoy sentada junto a él. Sin embargo ya no existo como madre, porque va a hacer tres años que mi hijo (Gerardo) desapareció de este mundo y en ese momento yo dejé de ser madre y ahora sólo soy una mujer.

MARÍA DOLORES FERNÁNDEZ, BABELIA, 27 de abril de 2002, página 11.

miércoles, 30 de enero de 2013

LA PRIMERA VEZ, Montero González


LA PRIMERA VEZ

   Fue verlo entrar y empezaron con las señales de una esquina a otra de la barra. Traía en la mirada la timidez del principiante, el escalofrío del que está a punto de descubrir el sabor de la primera carne.
   La rubia, que se hacía llamar Caty, saltó la primera, provocándole con una de sus manos, cerca del bulto.
   Con la otra sostenía el cigarrillo:
   —¿Qué, de estreno?
   Él se fijó en la boquilla manchada por el carmín, en las uñas postizas, en los disparos de humo directos hacia la luz de color. Estuvo a punto de decir algo, pero el nudo en el gaznate le impidió articular palabra. Es cuando la mano de Caty se precipita a la cremallera, con viejo oficio, y pone los ojos en blanco, parpadeando, dando a entender a las demás lo que el joven cargaba.
   —¿Cuánto años tienes, guapo? —le vino desde atrás aquella a la que llamaban Carla; pelo de mechas, ojos y labios recién pintados igual a una vampira del cine de terror, pero con medias de rejilla y un abrigo de pieles, a la manera de capa. Viene dispuesta a chuparle. Pero el joven hace un aspaviento, manifestando que poco o nada quiere de ella. Ni de ninguna. Es cuando se recompone, toma aire, va y suelta:
   —Me llamo Pedro y vine aquí a conocer a mi madre, pues me dijeron que aquí trabaja.


MONTERO GONZÁLEZ, Polvo en los labios, Lengua de Trapo, Madrid, Madrid, 2012, p. 51.

martes, 29 de enero de 2013

[LOS QUE MATAN A UNA MUJER...], Ramón Gómez de la Serna & César Fernández Arias




Los que matan a una mujer y después se suicidan debían variar el sistema: suicidarse antes y matarla después.


RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA & CÉSAR FERNÁNDEZ ARIAS, 100 Greguerías ilustradasMedia Vaca, Valencia, 1999.

lunes, 28 de enero de 2013

COLUMPIOS, Isaac del Vando-Villar


COLUMPIOS

La niña alargaba sus pies
para tocar con ellos las estrellas
pero su cabecita se encogía
para no tropezar con el Arco Iris.

¡Hay un momento en que la niña
se ha detenido en el espacio
para besar a Venus!.

¿Qué mano misteriosa bambolea
los columpios colgantes de los niños?.

Allá lejos la tarde,
se está vistiendo de etiqueta,
para el gran cotillón de la noche.

ISAAC DEL VANDO-VILLAR, La sombrilla japonesa, Tableros, Madrid, 1924.

Ilustración: Jorge Seguí

domingo, 27 de enero de 2013

LA RANA, Jorge Timossi


LA RANA

   Había una vez una rana que comenzó a dar grandes saltos en la orilla de su estanque, croando sin cesar: "Fukuyama, éste es el fin de la historia", "Fukuyama, éste es el fin de la historia", hasta que con un último impulso espectacular se zambulló para siempre en el agua, singular comportamiento ante el cual un sapo comentó que una de las mejores máximas de Herodoto era aquella que enseñaba que la vida siempre termina por darnos la razón, y un coro de libélulas y mosconcitos cantó, en honor del batracio difunto, el consabido colorín, colorado, este cuento todavía no se ha acabado.

JORGE TIMOSSI, Cuentecillos y otras alteraciones, Ediciones de la Torre, 1997, p. 55.

sábado, 26 de enero de 2013

[ALGUIEN QUE NO SOY YO...], Alí Calderón


Alguien que no soy yo
y en todo idéntico es a mí mismo
ronda mis pasos y me sigue.
Otro es el que enuncia mis palabras
y rubrica mis actos
mi memoria es recordada por otro
otro es quien tras mi ojo atisba.
Alguien de quien soy alternativa
me acecha en el espejo
y calca uno a uno
aún los más imperceptibles rictus.
A semejanza y preciso reflejo
no soy yo sino del otro imagen.

ALÍ CALDERÓN

Fotografía: Óscar Muñoz

viernes, 25 de enero de 2013

ENVEJECER JUNTOS, Nuria Amat & Emily Dickenson


ENVEJECER JUNTOS

Sobrevivimos al amor, como a tantas
       cosas,
al ponerlo en un cajón
como un vestido de gran marca,
hasta que envejece.


NURIA AMAT, Amor infiel. Emily Dickenson por Nuria Amat, Losada, Madrid, p. 16.