lunes, 30 de septiembre de 2013

PREMONICIÓN, Miguel Ángel Hernández

 

PREMONICIÓN

   El avión se estrelló con ciento quince pasajeros a bordo. Cuando vio la noticia en la tele suspiró aliviado. La noche anterior algo le había dicho que no debía subirse a aquel avión. La noche siguiente ese mismo algo se presentó en su habitación. Lo acompañaban ciento catorce. Y habían llegado para quedarse.

MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ, Demasiado tarde para volver, Tres fronteras, Murcia, 2008, p. 22.

domingo, 29 de septiembre de 2013

CANCIÓN CUBANA, Guillermo Cabrera Infante


CANCIÓN CUBANA

¡Ay, José, así no se puede!
¡Ay, José, así no sé!
¡Ay, José, así no!
¡Ay, José, así!
¡Ay, José!
¡Ay!

Guillermo Cabrera Infante



Fotografía: Ráfaga

sábado, 28 de septiembre de 2013

MALDAD JUSTIFICADA, José Mateos


MALDAD JUSTIFICADA

   El culpable siempre tiene un deseo: que todos nos sintamos culpables.

JOSÉ MATEOS, La razón y otras dudas, Pre-Textos, Valencia, 2007, p. 132.
&
Jonathan Hargreaves

viernes, 27 de septiembre de 2013

[DE NO ESTAR TÚ...], Kobayashi Issa & Horoshi Sugimoto


De no estar tú,
demasiado enorme
sería el bosque.


Kobayashi Issa
&
Hiroshi Sugimoto

jueves, 26 de septiembre de 2013

ESFERA TREPIDANTE, Gemma Pellicer


ESFERA TREPIDANTE

   Al niño se le escapa el globo en un descuido y, casi de inmediato, siente un pinchazo en el costado. Cae al suelo en una pirueta impropia de su edad justo en el momento en que ha empezado a faltarle el aire. Apenas alza su cabeza al cielo, logra atisbar el vuelo trepidante de la esfera, que sigue alejándose mientras su cuerpo poco a poco se deshincha. En el instante preciso en que se le cierren los ojos, desaparecerá la Tierra.




FERNANDO VALLS, Mar de pirañas, Menoscuarto, Palencia, 2012, p. 232.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

[EL PERDÓN ES...], José Bergamín



El perdón es una ramificación moral del olvido.

José Bergamín

martes, 24 de septiembre de 2013

LA CASA ENCANTADA


LA CASA ENCANTADA

   Una joven soñó una noche que caminaba por un extraño sendero campesino, que ascendía por una colina boscosa cuya cima estaba coronada por una hermosa casita blanca, rodeada de un jardín. Incapaz de ocultar su placer, llamó a la puerta de la casa, que finalmente fue abierta por un hombre muy, muy anciano, con una larga barba blanca. En el momento en que ella empezaba a hablarle, despertó. Todos los detalles de este sueño permanecieron tan grabados en su memoria, que por espacio de varios días no pudo pensar en otra cosa. Después volvió a tener el mismo sueño en tres noches sucesivas. Y siempre despertaba en el instante en que iba a comenzar su conversación con el anciano.
   Pocas semanas más tarde la joven se dirigía en automóvil a una fiesta de fin de semana. De pronto, tironeó la manga del conductor y le pidió que detuviera el auto. Allí, a la derecha del camino pavimentado, estaba el sendero campesino de su sueño.
   -Espéreme un momento -suplicó, y echó a andar por el sendero, con el corazón latiéndole alocadamente.
   Ya no se sintió sorprendida cuando el caminito subió enroscándose hasta la cima de la boscosa colina y la dejó ante la casa cuyos menores detalles recordaba ahora con tanta precisión. El mismo anciano del sueño respondía a su impaciente llamado.
   -Dígame -dijo ella-, ¿se vende esta casa?
   -Sí -respondió el hombre-, pero no le aconsejo que la compre. ¡Un fantasma, hija mía, frecuenta esta casa!
   -Un fantasma -repitió la muchacha-. Santo Dios, ¿y quién es?
   -Usted -dijo el anciano, y cerró suavemente la puerta.


Anónimo

RAÚL BRASCA & LUIS CHITARRONI, Antología del cuento breve y oculto, Sudamericana, Buenos Aires, 2001, pp. 56-57.
&
Katarzyna Majak