viernes, 31 de marzo de 2017

EL HILO DEL INVIERNO, Raquel Vázquez




RAQUEL VÁZQUEZ, El hilo del invierno, Hiperión, Madrid, 2016, 78 páginas.

Dada su insultante juventud (Lugo, 1990), a muchos no les costará imaginar a Raquel Vázquez, aún niña, unos ocho o nueve años, jugando en la orilla de la playa. Se afana en trasladar agua con un pequeño cubo de plástico. Ella ya es inequívocamente pertinaz. Constante, no flaquea: vuelca el agua sobre una pequeña poza que ha rodeado de una frágil muralla de arena, antes moldeada con su manos. Persiste en su ritual, un bucle infantil con el que no consigue aumentar el nivel de su piscina privada: el agua desaparece antes de que ella comience a encaminarse de nuevo hacia la orilla. Fatiga sólo mirarla; por eso, no es insensato pensar que alguien, su padre o su madre, o tal vez, antes aun, un vecino de toalla, molesto por un trasiego que deposita arenas en su contorno inviolable, subraye su absurdo empeño: «¡Es imposible —le dirán— sacar toda el agua del mar». No es difícil tampoco calcular su respuesta: la tarea —tal vez se atreva a decir Raquel— no consistía en secar el mar, sino en saciar «la sed a la arena». Ese es, dice Ángel Crespo, el cometido del poeta.

El hilo del invierno es su sexto poemario. Es probable que los lectores que han seguido su trayectoria perciban una voz más madura. Por contra, su mirada extrañada permanece intacta, incontaminada, igual de perpleja que en su primerizo Por el envés del tiempo (2011). Sus ojos no son páramos. Tal vez ahora sea más explícito su deseo de alarmar y maldecir, su inequívoca voluntad de intentar despertar conciencias. Sus palabras no son ornato decorativo. Lastiman al lector con las aristas de su rabia en poemas como “Recortes” o “Sufijos telefónicos”; llagan, envenenan la herida en “Tejer la noche” o “Daouda”. Su poesía es, como exigía Carlos Edmundo de Ory, «un vómito de piedras preciosas».

En El hilo del invierno ella ha creado con denuedo, pespunte a pespunte, una trama que a veces dibuja una celosía desde la que contemplar el mundo. Desde esta urdimbre, más o menos deshilvanada, ahora ya no hay ninguna niña, sino una mujer que, en días que anticipan el verano, contempla desde la misma orilla de aquella playa cómo fluye a borbotones su poesía: «un barco hundido que navega» (León Molina). Hoy tal vez quiera recordar, para nosotros, entre otras historias, la de su primer bikini.

Francisco Rodríguez Coloma

Viernes 31 de marzo de 2017.

Presentación del libro en Libraría Biblos [Betanzos]



jueves, 30 de marzo de 2017

[BAJO LA LÁMPARA...], Aitor Francos

Bajo la lámpara

las moscas se apaciguan
si leen juntas.

AITOR FRANCOS, Filatelia, Renacimiento, Sevilla, 2017, p. 24.
&
Magnus Muhr 

miércoles, 29 de marzo de 2017

MAPA DE CARRETERAS, Raquel Vázquez

MAPA DE CARRETERAS

Cómo hacer que los sueños
lleguen a su destino,
evitar que se pudran
en un amargo hotel de carretera;

cómo hacer que la piel
conozca una caricia
que no sea la gravilla del asfalto,
abrazos diferentes al del sol
lamiendo el parabrisas: un cristal
que ya no transparenta, solo clava,
una luz que no brilla y sólo quema.

Cómo hacer. Cuando no hay
mapas que ilustren ni un solo camino;
tampoco una respuesta.

Cuando la vida sabe a neumático quemado.


RAQUEL VÁZQUEZ, El hilo del invierno, Hiperión, Madrid, 2016, p. 21.
&
Lewis Rogers

martes, 28 de marzo de 2017

[PUEDE COMENZAR...], Antonio Porchia

   Puede comenzar más quien olvida más.

ANTONIO PORCHIA, Voces abandonadas, Pre-Textos, Valencia,  2001 (1992), p. 71.
& 
Reza Khatir

domingo, 26 de marzo de 2017

LIBRO DE HISTORIA, Charles Simic

LIBRO DE HISTORIA 
 
Un niño encontró sus páginas sueltas
En un calle bulliciosa
Y dejó de botar su balón
Para correr tras ellas.

Se le volaron de las manos
Como mariposas.
Sólo alcanzó a vislumbrar
Unos pocos nombres, una fecha.

En las afueras el viento se las llevó
Hasta el vertedero de neumáticos
Y el rio gris,

Donde ahogan crías de gato
Y por el que pasa el barco
Llamado Victoria
Desde el que un manco saluda.


CHARLES SIMIC, Mil novecientos treinta y ocho, Valparaíso, Granada, 2014, p. 71.
&
Zsuzsi Csiszer 

sábado, 25 de marzo de 2017

[ASISTIMOS A LA VIDA...], Iñaki Uriarte

Asistimos a nuestra vida, no la hacemos.

IÑAKI URIARTE, Diarios 2008-2010, Pepitas de Calabaza, Logroño, 2015, p. 54.
&
Isao Tomoda 

viernes, 24 de marzo de 2017

LA PASIÓN Y LA FORMA, Javier Vela

LA PASIÓN Y LA FORMA

Ávidos de sorpresas estelares.
al caminar descalzos por un jardín llovido,
oír -o creer oír- el sordo mohín del tiempo,
cuyo párpado acaba de moverse
tenuemente en la sombra.

Escribir, escribir, como si camináramos
por un hilo invisible,

para buscar a tientas el corazón del otro,
el sudor de su alma proyectada en la nuestra,
como una fruta nueva casi flor
o una anciana peinándose para el último baile.

JAVIER VELA, Fábula, Vandalia, Sevilla, 2017,p. 65.
&
Alexander Calder