El odio es vírico. La envidia, crónica.
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A veces nuestro enemigo interior es lo mejor de nosotros mismos.
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El odio puede ser la semilla, pero difícilmente el fruto.
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La maldad no se elige: la llevamos dentro. Por eso oponerse a ella constituye un refinado acto de libertad.
ANDRÉS NEUMAN, El equilibrista (Aforismos y microensayos), Acantilado, Barcelona, 2005.
sábado, 19 de febrero de 2011
[EL ODIO...], Andrés Neuman
Labels: AFORISMOS, ANDRÉS NEUMAN
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