miércoles, 22 de noviembre de 2023
ENCONTRO CON BRAIS LAMELA
Etiquetas: BRAIS LAMELA, CRÍTICA LITERARIA
lunes, 23 de octubre de 2023
MODALIDADES DE FICCIÓN
RUPTURA
Se casaron.
El quería ir a México a hacer la ruta del mezcal; ella, desde muy niña, había deseado pasar la luna de miel en Disneylandia.
Jesús Alonso
LA IRRESISTIBLE ASCENSIÓN DE ARTURITO UI
La confusión se apoderó del parque. La madre, a duras penas conteniendo el llanto, reprochaba amargamente a su marido el que éste cediera siempre ante los caprichos del niño. El padre, cabizbajo, aguantaba estoicamente la perorata de su esposa. El primogénito observaba cómo su hermanito, asido de un globo desproporcionadamente grande para su tamaño, se iba rápidamente elevando. El policía, pistola en mano, esperaba impaciente una decisión para actuar. Pero ¿qué hacer? Si no disparaba, el niño se perdería irremediablemente en algún lugar de la estratosfera, pero si se decidía a hacer fuego... Finalmente, el abuelo, en un arrebato de casta de viejo coronel, y ante la pasividad general, decidió: «Mejor un muerto en la familia que un desaparecido». Y dio orden de disparar. El globo reventó con un seco ruido apenas perceptible. Segundos después el niño regresaba, estrellándose contra el adoquinado.
Jorge Anglada Perletti
El mago hizo desaparecer al voluntario.
Dicen que pasó el resto de su vida en una celda ensayando desesperadamente la segunda mitad del número.
Antonio Simón Echeberria
LUNA
Jacobo, el niño tonto, solía subirse a la azotea y espiar la vida de los vecinos. Esa noche de verano el farmacéutico y su señora estaban en el patio, bebiendo un refresco y comiendo una torta, cuando oyeron que el niño andaba por la azotea.
—¡Chist! —cuchicheó el farmacéutico a su mujer—. Ahí está otra vez el tonto. No mires. Debe de estar espiándonos. Le voy a dar una lección. Sígueme la conversación, como si nada...
Entonces, alzando la voz, dijo:
—Esta torta está sabrosísima. Tendrás que guardarla cuando entremos: no sea que alguien se la robe.
—¡Cómo la van a robar! La puerta de la calle está cerrada con llave. Las ventanas, con las persianas apestilladas.
—Y... alguien podría bajar desde la azotea.
—Imposible. No hay escaleras; las paredes del patio son lisas...
—Bueno: te diré un secreto. En noches como ésta bastaría que una persona dijera tres veces "tarasá" para que, arrojándose de cabeza, se deslizase por la luz y llegase sano y salvo aquí, agarrase la torta y escalando los rayos de la luna se fuese tan contento. Pero vámonos, que ya es tarde y hay que dormir.
Se entraron dejando la torta sobre la mesa y se asomaron por una persiana del dormitorio para ver qué hacía el tonto. Lo que vieron fue que el tonto, después de repetir tres veces "tarasá", se arrojó de cabeza al patio, se deslizó como por un suave tobogán de oro, agarró la torta y con la alegría de un salmón remontó aire arriba y desapareció entre las chimeneas de la azotea.
Enrique Anderson Imbert, El milagro y otros cuentos.
EL PIJAMA
Me llamo Cristina. Tengo 10 años. Vivo en una casa gigante y tengo una habitación para mí sola, en el techo tengo una ventana bien grande. Por las noches me gusta dormirme contemplando las estrellas. Mi mamá dice que las estrellas son los botones del pijama del niño Jesús y que éste, por las noches, nos guarda en un bolsillo para que durmamos felices y tranquilos. Mi mamá dice que la Luna es un roto que tiene el pijama porque el niño Jesús es más pobre que yo. Mi mamá dice que las noches de invierno, cuando hay nubes, es porque el niño Jesús se pone su pijama de franela para que además durmamos calentitos. Mi mamá dice que algunas noches de invierno llueve porque el niño Jesús es más pequeño que yo, que en el cielo no hay pañales (aunque se ve que sí pijamas), y que algunas veces no se aguanta. Mi mamá tuvo una educación de mierda. Cristi.
Antonio García, Babelia, 18 de mayo de 2002, página 9.
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Helen Frankenthaler
Etiquetas: MICRORRELATO, MODALIDADES DE FICCIÓN
martes, 26 de septiembre de 2023
DEFINICIÓN DE LITERATURA
DEFINICIÓN DE LITERATURA
Si a una persona se le encomienda la tarea de buscar literatura, lo esperable es que no pierda mucho tiempo en dirigirse a una librería.
Es frecuente pensar que la literatura sólo está contenida en los libros, cuando, la literatura conoce, en la actualidad (y siempre ha conocido), múltiples soportes: los muros pintados desde 1996 por Acción Poética, las paredes o los contendores de basura sobre los que escribe Neorrabioso, los guiones radiofónicos, de películas o series de Televisión, canciones (rap, hip hop, rock...), periódicos, discursos o, incluso, algunas conversaciones en las que los interlocutores privilegien la belleza del lenguaje.
Además, conviene recordar que la literatura es anterior a la aparición de la imprenta e incluso a la escritura, como evidencia el hecho de que los pueblos ágrafos atesoren —también nuestros antepasados analfabetos— repertorios de canciones, relatos, leyendas u oraciones.
En suma, podemos afirmar que la literatura existe desde tiempos inmemoriales, desde el momento en el uso del lenguaje, —tal vez litúrgico (recitar y rezar proceden de recitāre citar de nuevo)—, pesó más que el contenido del mensaje, la forma, bella y memorable, que adoptaban las palabras.
Etiquetas: LITERATURA
lunes, 26 de diciembre de 2022
[LA FLOR QUE EMPEZAMOS A OLER...], Emilio Gavilanes
La flor que empezamos a oler en la infancia acabamos de olerla con la nariz de nuestrsos hijos, cuando ya no estamos.
EMILIO GAVILANES, Bazar, La Discreta, Alpedrete. 2020, p. 110.
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Ugne Pouwell
Etiquetas: AFORISMOS, EMILIO GAVILANES
sábado, 24 de diciembre de 2022
LA HERIDA, María Elena Higueruelo
LA HERIDA
No importa cuánto duela:
hay que esculcar en la herida
para extirpar lo que la infecta.
Y cada vez que se escarba
la llaga queda más limpia, sí,
pero también se hace más amplia.
Pronto ha de llegar el día
en que no quede ya borde
que a ella y a mí nos distinga:
toda yo seré carne abierta,
sangre roja expuesta al mundo,
y aún ha de quedar algo dentro,
ni materia ni memoria,
que contamine la úlcera.
Descubriremos ahí mi infinitud,
pues infinito es el polvo
que de mí proviene
y a mí regresa y en mí termina
para enturbiar el humor negro
que del alma brota: yo
soy la herida y la infección;
corte profundo, suciedad inmensa.
No ha de convertirme en cicatriz el tiempo:
si la grieta es condición de vida,
solo la muerte puede cerrarla.
MARÍA ELENA HIGUERUELO, Los días eternos, Rialp, Madrid, 2020, pp. 49-50.
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Gina Pane
lunes, 19 de septiembre de 2022
PLAYLIST EN KARAOKE DE BARRIO MIENTRAS ESTAMOS MUERTOS
PLAYLIST EN KARAOKE DE BARRIO MIENTRAS ESTAMOS MUERTOS
Ayer a las 19:30 José Ovejero comparecía en la Fundación Luis Seoane en compañía de Javier Pintor y Andrés Seoane.
Yo debiera haber ido, no tanto con el afán de escuchar como por el afán de ver si, por fin, José Ovejero calzaba Unas botas de 350 pavos.
Pero no fui.
Fui con los amigotes al karaoke.
Hay gente que se reúne con los amigos de la infancia para jugar al pádel, al fútbol sala, para cenar...
Lo nuestro es ir al karaoke de Visi. Entendedme. Las cañas y las copas ahí son más baratas porque, todo el mundo lo sabe, ya solo los colgaos van al karaoke. No somos muchos, pero sí somos fieles, porque compartimos apuestas desde siempre. Sellamos quinielas. Empezamos con la de fútbol y ahora no nos falta a qué apostar. Desde siempre, es desde la adolescencia. Somos los del barrio. Una precisión: los del polígono y Juanjo y yo, que vivíamos en una calle próxima al polígono.
Caña va caña viene hablamos más de lo humano que de lo divino.
Manel siempre está dando el coñazo con cualquier cosa sobre lo listo que es su buldog francés. Un trauma lo de no haber tenido perro, porque en nuestra infancia nosotros no teníamos más perros que los palleiros que paseaban su orfandad famélica por entre las huertas y los solares baldíos pendientes de construcción.
A Carlos le jode un huevo que su hermano no se haya divorciado aún. Tampoco le ayuda sospechar que su Pili (aún la llama así) ande en tratos con el segurata del súper en el que trabaja de cajera… Por eso o por todo, lleva muy mal lo de la custodia compartida, aunque tampoco se mata mucho por compartir. Ayer mismo dejó a su hija en casa tiktokeando para venir a esta reunión ineludible.
—Con lo buen padre que yo soy…. No como los míos, que me mandaron a vivir a casa de mi abuela. Yo siempre he estado ahí, ¡eh!...—dice.
Cuando Juanjo le recuerda que su padre tenía dos trabajos y él ninguno, se mosquea.
—¿Y qué tiene eso que ver? —dice.
—Pues que tu padre te sigue ganando por dos a cero.
Cuando Juanjo replica eso, Carlos se mosquea aún más.
Carlos lleva demasiado tiempo en el paro. Tres años es demasiado tiempo para cualquier tipo que, como nosotros, haya superado los cincuenta.
Miro hacia atrás y veo que, salvo los de Manel, nuestros padres fueron niños nacidos en la guerra. Embrutecidos por la escasez, la cartilla de racionamiento y el Auxilio Social, se convirtieron en padres con sabañones en orejas y manos, de copa de coñac y siesta, con la sutileza mínima para decirnos cuando nos habíamos caído: «Anda..., ven aquí que te levanto…».
Cuando Visi ve que el ambiente se caldea, nos anima a quitarle las telarañas al karaoke y nos lanzamos a cantar. Primero celebramos que Eva María se haya ido y, después nos indignamos preguntándole por qué te vas. Juanjo se pone intenso cantando libre como el sol cuando amanece y como el mar. Esa la canta muy bien. Y Lolo clava si te dijera, amor mío, que temo la madrugada… Y cuando Carlos canta si me das a elegir entre tú y ese cielo donde, libre, es el vuelo para ir a otros nidos, Ay, amor, me quedo contigo acaba llorando, porque sabe que canta por cantar.
Lo mío no es cantar.
Por eso cuando me tocó cantar Algo de mí… se me quebró la voz.
Y no por lo difícil que sea llegar a los agudos de la canción de Camilo Sesto, sino porque, esta vez, me dio como un cotocroc y, de repente, me vi solo ante Visi, que me miraba con la misma cara de asco que cuando le pedí para el karaoke una canción de Nike Cave: Do you love me? (Like I love you).
Visi no acabó la EGB. Vamos, que no sabe inglés, pero va sobrada de intuición.
Y no sé por qué creo que me pasó lo que a Carme en «Mientras estamos muertos»: que me encontré solo, hablando con unos cuantos nadies que me rodeaban como esos ectoplasmas que, en cuanto te acompañan, te alejan de las cosas, porque sí: algo de mí se está muriendo.
Y cuando te alejas de las cosas, lo leí en un libro muy bueno cuyo título ahora no recuerdo, viene a ser como estar muerto.
Todo esto (lo difícil que es hablar sobre uno mismo) lo explica muy bien José Ovejero en su último libro de cuentos, un libro denso, perfectamente construido por un hombre melancólico que hubiera querido comprar unas botas de 350 pavos. Un hombre que, cualquier día que se lo proponga, podrá volver a visitar el escaparate de esa zapatería de Bolonia, pero que nunca podrá volver a aquel momento dubitativo del pasado.
Porque nos pasamos la vida reviviendo.
Porque no nos es dado desvivir...
Francisco Rodríguez Coloma
Etiquetas: JOSÉ OVEJERO
domingo, 19 de junio de 2022
[LA NIEVE DEL POEMA...], Juan de Beatriz
La nieve del poema sólo prende,
según dicen, si el verso
—hachazo de paciencia en el vacío—
araña el justo centro del delirio.
Igual que una navaja toca en hueso
después de abrirse paso entre la carne.
JUAN DE BEATRIZ, Cantar qué, Pre-Textos, Valencia, 2020, p. 18.
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Abbas Kiarostami
Etiquetas: ABBAS KIAROSTAMI, JUAN DE BEATRIZ