Cuando miramos apresuradamente algo bello —y todas las cosas vivas son bellas porque llevan en sí el secreto de su próxima desaparición—, nos entran ganas de apropiárnoslo. Cuando contemplamos eso mismo con la lentitud que merece, que pide y que lo protege un instante de su fin, entonces se ilumina, y dejamos de tener ganas de poseerlo: la gratitud es el único sentimiento que da respuesta a esa claridad que entra en nosotros.
CHRISTIAN BOBIN, Resucitar, Encuentro, Madrid, 2016, pp. 77-78.
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Alexander Khokhlov
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