sábado, 30 de agosto de 2014

[COMO UNA LUCIÉRNAGA...], William T. Vollmann


  ...y siempre había coches y furgonetas y autobuses allí aparcados, junto a posesiones baratas, y a veces podía verse el breve destello de una luz en el interior de aquellos caparazones, como una luciérnaga dentro de la boca de un caballo muerto.

WILLIAM T. VOLLMANN, Historias del Arcoiris, Pálido Fuego, Málaga, 2013, p. 227.
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Nobuyoshi Araki