lunes, 29 de diciembre de 2008

REGINA Y CAPIROTE, Riki Blanco


Regina [LA TRAPECISTA]



Regina tenía un problema: vértigo.

Pero no el vértigo a las alturas, corno mucha gente tiene, sino al suelo. Por eso decidió hacerse trapecista, para estar siempre a ras del cielo y no tener que bajar nunca a la tierra.

Regina miraba las coronillas de los chicos del circo y soñaba con una vida al mismo nivel.

Con poder susurrar cosas bonitas a alguien al oído y no tener que estar siempre dando voces para hacerse oír.

Aunque claro, ninguno de la compañía se atrevía a subir tan alto. Ninguno excepto Capirote, el hombre bala, pero siempre pasaba volando a su lado con tanta prisa... Y ni un hola le decía. Ni una simple mirada, ni un triste adiós. Y para colmo, el muy tonto, ya llevaba más de un mes atrincherado dentro de su cañón.

Una noche, mientras el resto de la compañía dormía, escuchó algo. Al principio era un inapreciable susurro melódico, pero después fue incrementando su intensidad. Aquel cántico siguió durante todo el día y Regina, intrigada, preguntó a la gente de la compañía de dónde procedía aquella voz, pero no le supieron decir, pues nadie, salvo ella, la oía.

Estuvo investigando la procedencia de aquella cantinela, y descubrió que sólo la oía en un punto muy concreto: frente al cañón de Capirote.

El hombre bala, desde dentro, le cantaba canciones casi olvidadas, que salían del cañón disparadas y colisionaban con lo más profundo del alma de Regina.

—Capirote... —clamó Regina—, ¡sube aquí, lánzate!

El hombre bala tardó un tiempo, pero al fin se decidió a contestar:

— ¡No puedo, necesito que alguien me encienda la mecha! ¡Y desearía que fuera usted!

—No puedo bajar. Tengo vértigo —se dijo casi a sí misma Regina.




Regina y Capirote

De la noche al día Capirote accedió por fin a salir de su cañón y con más ganas que nunca de volar. La compañía entera se extrañó de que hubiera salido sin que la “mujer de su vida” le encendiera la mecha, como él exigía, pero por si acaso nadie se atrevió a preguntar.

Se reanudó el número del hombre bala después del mes y pico que pasó allí metido. Aquella noche la expectación fue máxima, ya que habían colgado carteles por todo el pueblo anunciando dicho evento. Corno siempre, fue Bambino quien se encargó de encender la mecha. El hombre bala volvió a ganarse los aplausos de su público. Todo volvía a ser como antes.

Lo que todos ignoraban era que para Capirote y Regina había empezado un idilio de amor que se limitaba a una única cita diaria de décimas de segundos, pero era tiempo suficiente para que cuando Capirote, durante la función, pasaba volando al lado de ella, se dieran un beso fugaz y Regina le colocara al vuelo una notita entre su mejilla y la correa del casco.

Durante el resto del tiempo alimentaban su deseo recordando aquel instante.

Estuvieron así largo tiempo. Siempre sigilosos en su amor de cuentagotas. Hasta que por fin Capirote, con paciencia y dedicación, aprendió a encender sin ayuda de nadie, la mecha de su cañón.


RIKI BLANCO, Cuentos pulga, Thule Ediciones, Barcelona, 2006.

viernes, 19 de diciembre de 2008

CHRISTMAS AND THE BEADS OF SWEAT, Laura Nyro



Christmas And The Beads Of Sweat


Come young braves
Come young children
Come to the book of love with me
Respect your brothers and your sisters
Come to the book of love
I know it ain't easy
But we're gonna look for a better day
Come young braves
Come young children.

I love my country as it dies
In war and pain before my eyes
I walk the streets where
disrespect has been
The sins of politics, the politics of sin
The heartlessness that darkens my soul
On Christmas.

Red and silver on the leaves
Fallen white snow runs
softly through the trees
Madonnas weep for wars of hell
They blow out the candles and haunt Noel
The missing love that
rings through the work
On Christmas.

Black panther brothers bound in jail
Chicago seven and the justice scale
Homeless Indian on Manhattan Isle
All God's sons have gone to trial
And all God's love is out of style
On Christmas.Christmas And The Beads Of Sweat

Christmas in my soul
Christmas in my soul
Christmas in my soul.

jueves, 11 de diciembre de 2008

[No todas las derrotas...], Kepa Murua



No todas las derrotas nos guían a la muerte, cuando se tiene prisa es la muerte la que escapa de uno.


KEPA MURUA, La poesía y tú, Brosquil, Valencia, 2003, página 48.

martes, 2 de diciembre de 2008

A SONG FOR YOU, KAREN, Jeremy Monteiro



A SONG FOR YOU [Leon Russell]



I've been so many places in my life and time
I've sung a lot of songs I've made some bad rhyme
I've acted out my love in stages
With ten thousand people watching
But we're alone now and I'm singing this song for you

I know your image of me is what I hope to be
I've treated you unkindly but darlin' can't you see
There's no one more important to me
Darlin' can't you please see through me
Cause we're alone now and I'm singing this song for you

You taught me precious secrets of the truth witholding nothing
You came out in front and I was hiding
But now I'm so much better and if my words don't come together
Listen to the melody cause my love is in there hiding

I love you in a place where there's no space or time
I love you for in my life you are a friend of mine
And when my life is over
Remember when we were together
We were alone and I was singing this song for you

You taught me precious secrets of the truth witholding nothing
You came out in front and I was hiding
But now I'm so much better and if my words don't come together
Listen to the melody cause my love is in there hiding

I love you in a place where there's no space or time
I love you for in my life you are a friend of mine
And when my life is over
Remember when we were together
We were alone and I was singing this song for you
We were alone and I was singing this song for you


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Esta magnífica pieza de Leon Russell conoce muy buenas versiones.
En este tributo de Jeremy Monteiro la voz la pone la exótica Jacintha. Su empeño no consigue impedir que a su versión se le superponga, recogida aun de las más frágiles memorias, la voz de Karen Carpenter. No obstante, es fácil percibir el respeto y la devoción por nuestra admirada Karen. Donde digo nuestra pienso en vosotros, pero sobre todo en mí y en Carlos, a quien puedo y debo agradecer su constante afecto. La última muestra: dejar que mi puerta se convierta en una de sus ventanas.
Esta canción es por ti, es para ti.


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