Un cruce de miradas de ocho segundos equivale a un discurso, un ruego, una amonestación, la expresión de dos deseos, pudor, admiración y acuerdo.
JOSÉ LUIS CUERDA, Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado, Martínez Roca, Madrid, 2013, p. 21.
&
Sarah Moon
0 comments:
Publicar un comentario