Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
Augusto Monterroso
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LOS DINOSAURIOS, EL DINOSAURIO
Cada soñador (¿o habría que decir durmiente?) tiene su dinosaurio, aunque lo común es que no lo encuentre al despertar. Soñadores impacientes despiertan siempre antes de que sus dinosaurios lleguen, y dinosaurios impacientes se van antes de que sus soñadores despierten. Lo admirable del cuento de Monterroso consiste en presentar el único caso en el que el tiempo del soñador coincidió con la paciencia de su dinosaurio y la impaciencia de un considerable número de lectores.
Raúl Brasca
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OTRO DINOSAURIO
Cuando el dinosaurio despertó, los dioses todavía estaban allí, inventando a la carrera el resto del mundo.
Eduardo Berti
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