Un tren le mutiló la pierna derecha, su casa se incendió, su esposa le dijo adiós y lo echaron del trabajo. Tenía tan mala suerte que el día que buscó la muerte deliberadamente, cuando estaba a punto de arrojarse desde un puente, el viento le embarró en la cara un billete de lotería. Le pegó al gordo. Compró un yate, se operó la nariz y las mujeres le cayeron como lluvia de mayo. En la vida, nada le salía bien.
JOSÉ MANUEL ORTIZ SOTO & FERNANDO SÁNCHEZ CLELO, Alebrije de palabras. Escritores mexicanos en breve, Puebla, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2013, pp. 62.
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