Existen mil formas de hablar a los muertos. Hacía falta la locura de una pequeña de cuatro años para comprender que quizá tenemos que halarles menos y escucharlos más, y que ellos solo tienen una cosa que decirnos: continuad viviendo, adelante, vivid cada vez más, ante todo no os hagáis daño y no perdáis la risa.
CHRISTIAN BOBIN, La más que viva, Libros Canto y Cuento, Jerez, 2015, pp. 53-54.
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Josephine Sacabo
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