El dolor que de niños apretamos contra el pecho, [...] dura toda la vida,
con una nostalgia tan profunda que ni siquiera eres capaz de llorar. Lo
agarramos con fuerza, sí, con cada latido del corazón convulso: “esto es
mío, esto es mío, esto es mío”.
ELISABETH STROUT, Me llamo Lucy Burton, Duomo, Barcelona, 2016.
&
Peter Allert
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