Hola, ¿qué tal? Bueno encontré un artículo de opinión en internet, de un estudiante llamado Manuel Mañero Domínguez, que puede que sea de tu agrado. A mi por lo menos me sorprendió un poco la actitud del profesor de la historia.
Título: ¿Es Dover un grupo comercial?
Un día un compañero afirmó en clase que Dover se había convertido en "un grupo comercial, en el peor sentido". El profesor le contestó, no sin acidez, que no conocía el "peor sentido" de lo comercial, algo que desconcertó a propios y extraños, pues a estas alturas de siglo, en un país potencialmente desarrollado (aunque en desaceleración), omitir esa malévola vertiente derivada del capitalismo atroz y de la cultura de masa, viniendo además de un profesor, sonaba a chiste.
En efecto, "lo comercial" tiene un nivel bueno y otro no tan bueno, aunque da la casualidad de que el sentido "bueno" de lo comercial implica necesariamente un sentido "malo". O dicho de otra forma, para que unos se forren, debe existir cierta población de protozoos gregarios que se lo permitan comprando sus productos, riéndoles las gracias o, sin ir más lejos, votándoles en las urnas. Ese sentido malo responde, a la pérdida total y absoluta del criterio y el rigor individual, soterrado por el empuje de los grupos sociales, que controlan la evolución de las sociedades y determina cuáles son sus valores éticos y deontológicos.
Obviar el mal sentido de lo comercial, puede responder únicamente a dos supuestos: estar de acuerdo con el capitalismo furibundo, el más justo de los ideales injustos, o no prestar atención a la realidad social e impartir una asignatura con desgana y escasa implicación. Creo, de todos modos, que cualquiera de las dos opciones deja en mal lugar al susodicho.
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Hola, ¿qué tal? Bueno encontré un artículo de opinión en internet, de un estudiante llamado Manuel Mañero Domínguez, que puede que sea de tu agrado. A mi por lo menos me sorprendió un poco la actitud del profesor de la historia.
Título: ¿Es Dover un grupo comercial?
Un día un compañero afirmó en clase que Dover se había convertido en "un grupo comercial, en el peor sentido". El profesor le contestó, no sin acidez, que no conocía el "peor sentido" de lo comercial, algo que desconcertó a propios y extraños, pues a estas alturas de siglo, en un país potencialmente desarrollado (aunque en desaceleración), omitir esa malévola vertiente derivada del capitalismo atroz y de la cultura de masa, viniendo además de un profesor, sonaba a chiste.
En efecto, "lo comercial" tiene un nivel bueno y otro no tan bueno, aunque da la casualidad de que el sentido "bueno" de lo comercial implica necesariamente un sentido "malo". O dicho de otra forma, para que unos se forren, debe existir cierta población de protozoos gregarios que se lo permitan comprando sus productos, riéndoles las gracias o, sin ir más lejos, votándoles en las urnas. Ese sentido malo responde, a la pérdida total y absoluta del criterio y el rigor individual, soterrado por el empuje de los grupos sociales, que controlan la evolución de las sociedades y determina cuáles son sus valores éticos y deontológicos.
Obviar el mal sentido de lo comercial, puede responder únicamente a dos supuestos: estar de acuerdo con el capitalismo furibundo, el más justo de los ideales injustos, o no prestar atención a la realidad social e impartir una asignatura con desgana y escasa implicación. Creo, de todos modos, que cualquiera de las dos opciones deja en mal lugar al susodicho.
A mí es que me encanta Benedetti...
No puedo decir más.
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