SONETO 28
Gracias Señor por hacer que unos pocos privilegiados
puedan respirar sin haber de elegir entre perder la vida
o envilecerse penosamente ante aquellos
que han aprendido a discutir con un cuchillo afilado en las manos.
A nadie se la ha garantizado
que todo dogma haya de fundirse,
lo que para ti comienza, puede haber terminado para mí,
puede ser una cosa u otra, no más o menos.
Hemos de recordar para no olvidar:
debemos estar equivocados, aunque tengamos razón,
si las buenas intenciones son las señas para sumergir
el mundo en llamas y encenderlo con nuestra luz.
¡Sí! Todos los infinitos están contenidos en Uno.
Ahórranos las matemáticas del revólver.
R. D. LAING, Sonetos y aforismos, Crítica, Barcelona, 1982, p. 71.
&
AM ARTWOOD
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