Un edificio a medio construir, un puzle inacabado, la manga vacía de la gabardina de un manco, el torso de Belvedere. Ese extraño embelesamiento. O aquella necesidad de buscar siempre alguien inseparable: en el colegio, en el instituto, en la universidad. Y después Valeria y la manera desesperada de entrar en ella. Apenas un sucedáneo. La condición de hijo único, pensabas. Pero un día, inesperadamente, aparece la foto de colores desvaídos, con el año de tu nacimiento en el reverso. La foto de tres, tal vez tomada por tu padre. La foto en que tu madre, con una expresión que no le recuerdas, posa, feliz, con dos bebés en el regazo. Dos bebés iguales, exactamente iguales.
Iván Teruel Cáceres
&
Garry Irvine
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