Se habían pronosticado épocas de grandes lluvias y, efectivamente, en el momento previsto comenzó a llover. La lluvia tenía un ritmo acostumbrado y no le prestamos demasiada atención. Nos recogimos al resguardo de su intimidad. Llamaron a la puerta, abrimos y el aspecto de nuestros amigos nos turbó. Antes de que empezaran a hablar, supimos que la lluvia caía hacia arriba.
ANTONIO FERNÁNDEZ MOLINA, Dentro de un embudo, Lumen, Barcelona, 1973, p. 14.
&
Vladimir Kush
0 comments:
Publicar un comentario