jueves, 17 de abril de 2008

HIPERBREVES LEONESES, Aparicio, Mateo & Merino

El presentimiento

La familia rodeaba al moribundo.
El moribundo habló con lentitud:
—Siempre creí que yo no viviría mucho.
Los niños clavaban en él sus conmovidos ojos. El moribundo continuó tras un suspiro:
—Siempre tuve el presentimiento de que me iba a morir muy pronto.
El reloj del comedor tocó la media y el moribundo tragó saliva.
—Luego, a medida que he ido viviendo, llegué a creer que mi presentimiento era falso.
El moribundo concluyó juntando las manos:
—Ahora, ya veis: con ochenta y seis años bien cumpli­dos comprendo que ese presentimiento ha sido la mayor ver­dad de mi vida

Juan Pedro Aparicio
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El pozo

Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años. Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa. Veinte años des­pués, mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse. En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en su interior. Este un mundo como otro cualquiera, decía el mensaje.

Luis Mateo Díez


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Ecosisterna

El día de mi cumpleaños, mi sobrina me regaló un bonsái y un libro de instrucciones para cuidarlo. Coloqué el bonsái en la galería, con los demás tiestos, y conseguí que floreciese. En otoño aparecieron entre la tierra unos diminutos insectos blancos, pero no parecían perjudicar al bonsái. En primavera, una mañana, a la hora de regar, me pareció vislumbrar algo que revoloteaba entre las hojitas. Con paciencia y una lupa, acabé descubriendo que se trataba de un pájaro minúsculo. En poco tiempo el bonsái se llenó de pájaros, que se alimentaban de los insectos. A finales de verano, escondida cutre las raíces del bonsái, encontré una mujercita desnuda. Espián­dolla con sigilo, supe que comía los huevos de los nidos. Ahora ­vivo con ella, y hemos ideado el modo de cazar a los pájaros­. Al parecer, nadie en casa sabe dónde estoy. Mi sobrina, muy triste por mi ausencia, cuida mis plantas como un homenaje ­al desaparecido. En uno de los otros tiestos, a lo lejos, me ha parecido ver la figura de un mamut

José Mª Merino


MANGUEL y RETANA, Bestiario, Editorial Casariego, Madrid, 2005.

Grabados: Salvador Retana

2 comments:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Es increíble como en tan pocas lineas el autor llega a plantear, desenvolver, desconcertar, ilusionar y terminar su relato así...

Me gustó mucho el del bonsai.