Nada es regalo, todo es préstamo.
Estoy de deudas hasta el cuello.
Con mí misma deberé pagar
por mí misma,
dar la vida por mi vida.
Es lo establecido:
el corazón se devuelve,
el hígado se devuelve,
y los dedos, uno a uno.
Demasiado tarde para rescindir el contrato.
Ejecutarán mis deudas
y mi cuerpo.
Camino por el mundo
entre una multitud de deudores.
Unos están obligados
a pagar por sus alas.
Otros, quieran o no,
saldarán sus hojas.
En la página «Debe»
figuran nuestros tejidos.
Ni una pestaña, ni un tallo
se conservan para siempre.
El registro es exacto
y todo parece indicar
que nos quedaremos sin nada.
No consigo recordar dónde,
cómo ni por qué
me dejé abrir esta cuenta.
La protesta
se llama alma.
Y es lo único
que no consta en el registro.
WISLAWA SZYMBORSKA, Paisaje con grano de arena, Círculo de Lectores, Barcelona, 1997, pp. 109-210.
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