No pensamos demasiado en las escaleras.
Lo más bonito de las casas antiguas eran las escaleras.
Y son lo más feo, lo más frío, lo más hostil, lo más mezquino de los edificios de hoy en día.
Deberíamos aprender a vivir mucho más en las escaleras. Pero ¿cómo?
GEORGE PEREC, Especies de espacios, Montesinos, Barcelona, 1999, p. 67.
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Gernot Schwarz
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