Hay una hierba cuyo nombre no se sabe; así ha sido mi vida.
Vuelvo a casa atravesando el invierno: olvido y luz sobre las ropas húmedas. Los espejos están vacíos y en los platos ciega la soledad.
Ah la pureza de los cuchillos abandonados.
ANTONIO GAMONEDA, Libro del frío, Siruela, Madrid, 2009.
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Hengki Koentjoro
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