LAS ALAS DE LA BALA
Pasó tiempo antes de que comprendiera la verdad que guardaban algunas palabras. Su filo mortal en silencio.
Cuando me contaron que el médico había sido fusilado en el terraplén del cementerio sin decir nada, no supe hasta qué punto aquella información sería para mí definitiva.
Hoy, cuando escucho el grito ¡Viva España! me encojo, pues nada más siento las alas de la bala.
XOSÉ BOLADO, La bona intención La buena intención, Impronta, Xixón, 2012, página 39.
&
Robert Capa
0 comments:
Publicar un comentario