Perder el amor es también perderse a uno mismo. La personalidad se esfuma. No nos quedan ni las ganas, no contemplamos ya siquiera lo de tener una personalidad. Ya no somos, en sentido estricto, más que sufrimiento.
MICHEL HOUELLEBECQ, Configuración de la última orilla, Anagrama, Barcelona, 2016, p. 22.
&
Diane Arbus
0 comments:
Publicar un comentario