El hombre es una cabeza rota que se incendia por dentro y por fuera. Es una calavera que no tiene salvación ni bandera. Es un pecho que late y que deja de latir sin mayor esfuerzo. El hombre es una cabeza que late y que sueña, aunque sean pesadillas esporádicas. Es una cabeza rota donde se emanan decenas de ideas para sobrevivir, para gozar, para seguir viviendo, aunque todo sea inútil y banal. El hombre es una cabeza que se incendia y que no puede apagar el infierno que lleva dentro.
AUGUSTO RODRÍGUEZ, El libro blanco, Chamán, Albacete, 2016, p. 102.
&
Josef Sudek
0 comments:
Publicar un comentario