Buck tiene dolor de cabeza. Tony se comió
un pimiento muy picante. Sylvia se pesa
desnuda en el baño.
Gary debe 800 dólares
a Hacienda. Roger dice
que la poesía es el producto de un pararrayos.
José quiere pegarle a su mujer
un puñetazo en la boca. Ted teme a su propia
sombra. Ray habla
a sus plantas de tomate. Paul
quiere un trabajo en la oficina de correos
vendiendo sellos. Mary sigue
sonriéndose en el espejo.
¿Y yo?
Orino en el lavabo
con un sentimiento
de eternidad.
CHARLES SIMIC, Mil novecientos treinta y ocho, Valparaíso, Granada, 2014, p. 49.
&
Hieronymus Bosch
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