En el hospital, Cioran le dijo a Clément Rosset que el suicidio no le parecía elegante. Es un buen argumento. Pero a ver qué más elegante que estas palabras de Séneca: «La cosa mejor que ha hecho la ley eterna es que, habiéndonos dado una sola entrada a la vida, nos ha procurado miles de salidas [...] Si te place, vive; si no te place, estás perfectamente autorizado para volverte al lugar de donde viniste». Tal vez tendríamos que volver a vestir toga.
IÑAKI URIARTE, Diarios 2008-2010, Pepitas de Calabaza, Logroño, 2015, p. 109.
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Tina Modotti
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