BORGES Y YO
[1] versión un % plagiada:
Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo, AFM, camino por Isorope Micronation y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar e! arco de una cúpula hormigonada o el icono atrebolado que señala: Radioactive Zone. De Borges tengo noticias por el correo, y veo su nombre en una terna de ilustres de algunas web, o en un diccionario de aquellos biográficos que aún conservo y que usábamos antes de vivir en este laberinto bajo tierra. Me gusta la música de Esplendor Geométrico, los mapas pixelados, la tipografía de grano grueso, el sabor del Cola-Cao Turbo y la prosa nipona del Siglo 4; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo tan visionario que, aún después de muerto, lo convierten en el más ilustre personaje de aquella corriente estética que se dio en llamar apropiacionismo Sería exagerado afirmar que nuestra relación es amistosa u hostil, sólo es: Borges vive, se deja vivir, pata que yo pueda seguir tramando en él mi literatura y esa literatura me justifica. No me importa admitir que he logrado varias páginas simpáticas o pasables, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera de él, sino del lenguaje y la tradición Por lo demás, yo estoy destinado a perderme definitivamente y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en él. Poco a poco voy cediéndole todo. Le consta mi perversa costumbre de falsear y magnificar; y no le importa. El Equipo-A entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra, un tigre un tigre, un isótopo un isótopo, un vikingo un vikingo. Yo he de quedar en Borges, no en mí [si es que alguien soy], y me reconozco más en sus libros que en el juego de mis pobres interpolaciones. Hace años traté de librarme de él y pasé de las mitologías de videojuego a los juegos con el tiempo y el infinito en este intestino de cemento, pero esos juegos siempre han sido de Borges y tendré que inventar otros. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o de él. No sé cuál de los dos escribe esta página.
[2] versión iconográfica
o como el yo-yo que te compraron en tu 7º cumpleaños que rueda sobre sí mismo a la vez que va y viene entre tu mano y la máxima extensión de la cuerda. Bendito yo-yo, ego-ego, yo-yo.
Campo abierto. Antología del poema en prosa en España (1990-2005), DVD, Barcelona, 2005, pp. 182-183.
lunes, 12 de noviembre de 2007
BORGES Y YO, Agustín Fernández Mallo
Labels: AGUSTIN FERNÁNDEZ MALLO, POEMA EN PROSA, POESÍA
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