Como una pretty woman pero sin cuento de hadas. Sin más Richard Gere que esos hombres que pasan, preguntan precio y luego siguen hacia casas de papa hervida, bata sucia, niños disparando. A veces quisiera parar, llevarla a casa, calentar un poco de caldo y dárselo a beber como a mi hija. Acostarla en su cuarto de muñecas. Otros días me detengo, abro la puerta del coche y digo, ven, aquí, ahora.
PABLO GARCÍA CASADO, Dinero, DVD, Barcelona, 2007, página 50.
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