CUMPLEAÑOS
Cuando era niño, llamábamos castigo
a ser encerrados en un cuarto. La aparente
abdicación de Dios por los asuntos del mundo
parecía imperdonable. Esta mañana,
mientras subo los cinco pisos hasta mi apartamento,
recuerdo la voz airada de mi padre
envuelta en ansiedad y amor. Como siempre,
la posibilidad de un hogar—un sueño, como mucho—
permanece ilusoria. Por eso leo a Platón, para quien el amor
no ha sido profanado. Me tumbo en la alfombra,
como un gusano compastando, y comprendo cosas
sobre las que no tengo ningún conocimiento empírico.
Aunque la puerta esté cerrada, soy libre.
Como un mapa obsoleto, mis fronteras están cambiando.
domingo, 13 de marzo de 2011
CUMPLEAÑOS, Henri Cole
Labels: HENRI COLE, POESÍA
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