SOBRE UN TEMA DE SPENGLER
Vas por la playa y corroboras
esa certeza que te asalta
hace ya meses: las muchachas
apenas te excitan como antes.
Todas sus gracias juveniles
pasan a tu lado sin efecto;
sólo el tedio hace que las pienses
tuyas, como en hábito triste
y desganado. El tiempo hunde
en tu costado el hierro breve
de su daga a traición. La sangre,
incolora y sin fuerza, mana.
Nadie la ve, salvo el espejo
que retrata tu edad y firma
tu condena a no ser joven más.
Muere el deseo. Te acostumbras.
Los imperios decaen
y los hombres.
ANTONIO RIVERO TARAVILLO, Lejos, La Isla de Sistolá, Sevilla, 2011, página 71.
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