LA HORMIGA
Acababa de planchar y entré en la cocina con la plancha aún caliente en la mano. La hormiga estaba sobre la encimera. Este año, pensé, no son como las del pasado, rojas y pequeñas; son negras y grandes. Puse la plancha sobre ella sin llegar a tocarla y salió un poco de vapor caliente. La hormiga se retorció y murió. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan mal.
María del Carmen Bernáldez Navarro
BABELIA, 29 de junio de 2002, p. 11.
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