PESADILLA
El niño despertó, gritando horrorizado: “¡mamá, mamá, soñé que estabas viva!”.
La madre, como todas las noches cuando escuchaba llorar a su espantadizo hijo, acudió a consolarlo, flotando imperceptible y ligera por el amplio cuarto adornado todo con espejos quebrados.
Humberto Senegal
GUILLERMO BUSTAMANTE ZAMUDIO & HAROLD KREMER, Antología del cuento corto colombiano, Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá, 2006 (1994), página 86.
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