VENIMOS DEL POLVO
Excavaron enfrente de su casa. No querían decirle si hacían una piscina o la base de una glorieta. «Se trata de una sorpresa», respondían a cada una de sus preguntas. Y lo fue, porque cuando completaron las medidas le dieron aquello que se llama cristiana sepultura.
PERE CALDERS, Ruleta rusa y otros cuentos, Anagrama, Barcelona, 1984, página 291.
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