Los fantasmas nos acogotan, nos torturan y nos persiguen; nos roban tiempo, nos nublan la razón y nos arrebatan la concentración. Y todo es tan estéril. Y precisamente la esterilidad de esta experiencia la convierte en la más absurda y desalentadora.
RYSZARD KAPUŚCIŃSKI, Lapidarium IV, Anagrama, Barcelona, 2003, p. 139.
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Lola Mitchell
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