Amé. Es incomprensible como el temblor de los álamos. Estoy extraviado pero yo sé que amé.
Yo vivía en un ser y su sangre se reunía con mi sangre y la música me envolvía y yo mismo era música.
Ahora,
¿quién es ciego en mis ojos?
Unas manos pasaban sobre mi rostro y envejecían lentamente. ¿Qué fue vivir entre heridas y sombras? ¿Quién fui en los brazos de mi madre, quién fui en mi propio corazón?
Únicamente he aprendido a desconocer y olvidar. Es extraño.
Todavía el amor
habita en el olvido.
ANTONIO GAMONEDA, Canción errónea, Tusquets, Barcelona, 2012, p. 53.
0 comments:
Publicar un comentario