Permanecí un buen rato en la sala y una y otra vez me decía que debería marcharme, pero no me iba. Un vigilante iba y venía, mirándome. Y entonces me inquieté al darme cuenta de que quería estar en el último cuadro, Vejez, quería estar en la barca que se deslizaba hacia la oscuridad, quería saltarme la barca de Madurez. El hombre a bordo de esa barca parecía aterrado y no entender su finalidad: ¿por qué dar tumbos por aquellos rápidos traicioneros, en un río que desembocaba en la oscuridad, la muerte? Yo quería estar en la barca con el viejo, que había dejado atrás todos los peligros, con el ángel cerca de mí, guiándome hacia la muerte. Quería morir.
PETER CAMERON, Algún día este dolor te será útil, Libros del Asteroide, Barcelona, 2012, p. 142.
THOMAS COLE: Vejez [El viaje de la vida]
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