sábado, 16 de noviembre de 2013

[ESE MUCHACHO...], Alice Munro



   —Ese  muchacho...,  ¿sabe  usted?,  el  del  accidente  —le  dijo  a  la bibliotecaria—. Lo de llevarse los libros que se le antojaban. ¿Por qué cree que lo hacía?
   —La  gente  hace  cosas  raras  —dijo  la  bibliotecaria—.  Arrancan  páginas,  porque no les gusta algo o porque les gusta. Son cosas que hace la gente. No sé por qué.
   —¿Ese muchacho arrancó alguna página? ¿Le regañó alguna vez? ¿No hizo que tuviera miedo de enfrentarse con usted?
   Tenía  intención  de  tomarle  un  poco  el  pelo,  dando  a  entender  que seguramente no sería capaz de asustar a nadie, pero ella no se lo tomó así.
   —¿Cómo iba a hacerlo si nunca hablé con él? —dijo la bibliotecaria—. No le vi nunca para saber quién era.
   Se alejó, poniendo punto final a la conversación. Así que no le gustaba que le  tomaran  el  pelo.  ¿Sería  una  de  esas  personas  llenas  de  grietas  remendadas  que sólo se ven de cerca? ¿La perturbaba un antiguo sufrimiento, algún secreto?  Quizá hubiera perdido a un novio en la guerra.



ALICE MUNRO, Secretos a voces, Debate, Madrid, 1996, p. 28.