PIZPIRETA
Uno a uno los guiños caen,
callandito,
tiritando de frío
por la pereza de la pirueta picarona del rocío
que empapa las dunas;
así van,
a la pata coja,
cayendo de sus cabriolas,
haciendo aguas por los tirabuzones,
hundiéndose en arrumacos de las ganas de reír
que dan tantas cosquillas.
Que ya es bobería, cayendo,
no querer asirse a los rabillos de las ciruelas,
como para romperse la crisma y ganarse,
de vuelta a casa,
un buen tirón de orejas.
Uno a uno los guiños caen,
callandito,
tiritando de frío
por la pereza de la pirueta picarona del rocío
que empapa las dunas;
así van,
a la pata coja,
cayendo de sus cabriolas,
haciendo aguas por los tirabuzones,
hundiéndose en arrumacos de las ganas de reír
que dan tantas cosquillas.
Que ya es bobería, cayendo,
no querer asirse a los rabillos de las ciruelas,
como para romperse la crisma y ganarse,
de vuelta a casa,
un buen tirón de orejas.
MANUEL VILLENA
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