AMOR EXPRIMIDO
Mientras la acariciaba y le decía dulces palabras al oído mi novia se iba licuando entre mis brazos como un zumo. Entonces, siguiendo el manual de instrucciones de un poeta, la bebí sorbo a sorbo toda entera. Luego me tomé un par de tabletas de Alka Seltzer, por si acaso.
JUAN PEDRO APARICIO, El juego del diábolo, Páginas de Espuma, Madrid, 2008, p. 48.
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