XI
Cierro los ojos bajo el solcito romano. Pasás por Roma, sol, y dentro de unas horas pasarás por lo que fue mi casa, no llevándome sino iluminando sitios donde falto, que reclamo, que reclaman por mí.
Los vas a calentar de todos modos, exactamente cuando de frío temblaré.
11-5-80
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