sábado, 10 de noviembre de 2012

[SUICIDIO Y ENTIERRO DE L.K....], Max Aub




   Suicidio y entierro de L. K. Éramos cinco. Llovizna, nadie dice nada. Y. se había ido hace cinco días a Londres, con M.G. Frío natural: noviembre, pero transidos de algo más. Entramos en un café. Germain hace una frase:
   —Una tumba es siempre el ombligo del mundo. Lo miramos con animosidad. Calla, juega con una cucharita. El ruido molesta a todos. Pablo lanza una retahíla de blasfemias. Voy andando a casa. Llego tardísimo, Ana María me hace mala cara. ¡Qué se vaya al demonio! Pinto. De repente, me canso. Lo dejo estar. ¿Por qué? ¿Qué límites son éstos? Físicos, desde luego. Soy el mismo, cansado: de un momennto a otro. ¡Humildad, Señor, humildad! Dámela cada mañana.


MAX AUB, Cuaderno verde de Jusep Torres Campalans, Sirpus, Barcelona, 2007, p. 72-73.

Ilustración: Mariana Lanelli