Mientras creemos en las grandes verdades necesitamos que también los otros crean en nosotros. Por eso gritamos. Liberados de su peso, nos basta poner el mensaje en la botella sin importarnos cuándo lo arrojarán las olas ni en qué playa.
(Las olas)
RAFAEL ARGULLOL, El cazador de instantes. Cuaderno de travesía (1990-1995), Acantilado, Barcelona, p 33.
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