El odio es más fuerte que el amor. El amor une y el odio separa. Y ese espacio permite organizar una guerra aunque sea un intercambio de tiros. Pero el mayor odio es el que se fundamenta en ese amor contra quien nos lo quiere dar. Y con todo, ese amor se olvida mientras se está odiando. Porque el odio es más fuerte, y si lo justificamos con una razón detrás, es porque esa razón nos da la posibilidad de que parezcamos justificables. Por eso, como ya he dicho, muchas veces cortamos las relaciones con alguien y seguimos con las relaciones cortadas cuando ya ni sabemos por qué.
VERGÍLIO FERREIRA, Pensar, Acantilado, Barcelona, 2006.
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Kasimir Malevich
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