(Esquema)
La luna estaba en el cielo
como un sexo bajo falda.
Dos gruesos arboles eran
sus muslos de copas blancas.
Los arroyos le ponían
sus zapatitos de plata.
Y mientras tanto, la luna,
como un sexo, palpitaba...
JOSÉ LUIS HIDALGO
&
Claudio Parmeggiani
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